23 de junio de 2014

Regimen Disciplinario y Castigo.

       


     Bienvenidos iniciados, los miembros que integraban la Orden del Temple, se regían por unas reglas y disciplina que acompañaba su rutina diaria, cualquier incumplimiento de ellas, seria castigado….







      Normalmente los miembros de una encomienda o convento solían reunirse en Capítulos de manera periódica.
      Estas sesiones seguían una pauta: 


     * Primero se rezaba un Padre Nuestro, siempre con la cabeza descubierta como símbolo de respeto y humildad.
     * El presidente del Capitulo otorgaba un sermón a los presentes. 
     * Cada uno de los Hermanos confesaban los pecados o faltas realizadas desde el ultimo Capitulo; comenzando el Hermano de mayor antigüedad y así sucesivamente, realmente se trataban de confesiones publicas, en lugar de hacerlo de manera privada al confesor.

      Debían amonestarse entre los propios Hermanos siempre que incurrieran en alguna falta, sin embargo, si volviera a caer en el mismo error, debía ser denunciado al Capitulo. La acción de chivatear las faltas de otro no se veía como un reproche o castigo, simplemente representaba la “salvación del alma del pecador”.
     Las acusaciones debían hacerse en presencia del denunciado: cara a cara. El acusado podía defenderse y el acusador podía presentar testigos para corroborar los hechos denunciados.
     Una vez confesadas las faltas, si la asamblea necesitaba deliberar el castigo, el Hermano debían abandonar la sala, el tipo de castigo era discutido y votado democráticamente.

      Las Penas o Castigos.

     Serían proporcionales a la gravedad de la falta y a la reputación del condenado, aunque debía realizarse sin ningún tipo de protesta o negación a cumplirla.
     Se enumerarían desde la pena o castigo más severo hasta la pena más leve:

     1.- Pérdida de la casa o Exclusión definitiva de la Orden.
     2.- Pérdida del hábito.
     3.- Retirada Temporal del hábito.
     4.- 2 días de Penitencia a la semana (3 días la primera semana).
     5.- 2 días de Penitencia Simple.
     6.- 1 día de Penitencia.
     7.- Penitencia limitada al Viernes.
     8.- La Penitencia se deja a discreción del Capellán.
     9.- La moratoria o remisión del asunto ante una instancia superior.
    10.- La Paz, que significa adquisición del perdón general.

  


     A continuación iré explicando que tipo de faltas englobaría cada pena o castigo para que se pueda entender mejor.

     1.- Pérdida de la casa o Expulsión definitiva de la Orden: Faltas Graves.

     La simonía: compra o venta deliberada de cosas espirituales como los sacramentos, o temporales como prebendas o beneficios eclesiásticos; “ es el crimen cometido por un hermano que se ha hecho aceptar en la Orden abusivamente mediante dones o promesas hechas incluso mediante persona interpuesta. El que le ha recibido (dejándose corromper) pierde el hábito templario, el derecho de recibir a otros hermanos y de ejercer el mando.
     Aquellos que han asistido a la recepción y que son considerados como cómplices - siempre y cuando tuvieran conocimiento de la simonía- pierden el hábito y el derecho de mandar”.La vida cotidiana de los templarios en el S.XIII. Georges Bordonove.
     La violación del secreto de los Capítulos.
     La muerte de un cristiano/a.
     La sodomía: considerado pecado hediondo y brutal. Palabra que proviene de Sodoma, antigua ciudad de Palestina donde se practicaba todo genero de actos deshonestos; en este caso la practica del coito anal.
      El amotinamiento.
     La cobardía reconocida.
     La herejía.
     La traición: Un Hermano se pase a los sarracenos.
     El hurto: Hace referencia a faltas de distintas gravedad como:
     Disimular un impedimento mayor (matrimonio, sacerdocio, enfermedad grave) en el momento de la recepción de la Orden.
     Salir de noche de la Casa de otra forma que no sea por la puerta.
     Ocultar ciertas cosas u objetos durante una inspección.
     Abandonar la Casa por maldad o bajo un ataque de ira llevándose más cosas que los vestidos usuales, y ausentándose más de 2 noches.
     Ausentarse de la Casa más de 2 noches sin autorización.
     Hurtar algo de la alforja o cofre (hucha) de un Hermano.
     Huida del campo de batalla mientras el gonfalón esté visible.

     Todas estas acciones tenían el castigo denominado de Exclusión:
     El condenado aparece con el torso desnudo, en calzas y paños menores, además de llevar su correa o cinturón alrededor del cuello.
     Delante del Capítulo, se arrodilla y con la misma correa recibe la disciplina impuesta.
    Posteriormente, se le hace entrega de una carta de despedida.
    Es muy importante decir que aunque el Hermano pueda irse, no significa que lo haga donde quiera, quedando libre de toda responsabilidad; debe ingresar en otra Orden como la de San Benito o San Agustín, donde las normas son más estrictas.

     Mencionar que la Orden del Temple tenía suscrito una serie de acuerdos con la Orden de los Hospitalarios, y en una de ellas se impone no acoger a ningún Hermano templario que haya sido expulsado de la Orden.




     2.- Pérdida del hábito.
     3.- Retirada Temporal del hábito:
     Se aplicaba:
     Cuando un Hermano golpea a otro en un ataque de cólera, derribándole o rompiéndole los cordones del manto.
    Cuando hiere gravemente a un cristiano.
     Cuando mantiene relaciones sexuales con una mujer.
     Cuando miente gravemente.
     Cuando mata a un servidor o a un esclavo (si sirve en una encomienda de Oriente).
     Cuando una Hermano mata o hiere a un caballo dejándose llevar por la ira.
     Por la rotura de un sello magistral.
     Por arrojar el manto al suelo por despecho.
     Por abandonar voluntariamente su hábito...

     El castigo impuesto consistía en la exclusión de los actos comunitarios, debía devolver todo el ajuar que le entrego la Orden a su ingreso.
     Todos los domingos tras la lectura del Evangelio, recibía el nº de azotes impuestos delante de la comunidad.
     Debía ayunar los Lunes, Miércoles y Viernes, tomando solo agua y pan.
     Esta degradación no debía exceder más de 1 año y 1 día.
     Una vez terminado el tiempo establecido de la penitencia, se le devuelve el hábito, sin embargo, estaba obligado a hacer su primera comida en el suelo, sobre un pliegue del manto, como símbolo de humildad.

     4.- 2 días de Penitencia a la semana (3 días la primera semana).
     5.- 2 días de Penitencia Simple.
     6.- 1 día de Penitencia.
     Estas penas no llevaban la retirada del hábito, pero si obligaban a realizar una penitencia especial, realizaban los días impuestos los trabajos como: barrendero, pinche de cocina, cargar y descargar la carreta, encender el fuego....

     7.- Penitencia limitada al Viernes:
     El castigo simplemente se limitaba a un ayuno de agua y pan todos los viernes durante el tiempo impuesto, igualmente realizar la disciplina de los azotes con su cinturón.
     8.- La Penitencia se deja a discreción del Capellán:
     Impuesta por el Capellán, normalmente consistía en rezar plegarias.
     9.- La moratoria o remisión del asunto ante una instancia superior:

     En este caso el Capítulo lo transfiere a una autoridad superior, quienes tomarán la decisión oportuna.

     Faltas y Castigo de los Hermanos Capellanes.



     Ellos también cometían faltas, el castigo lo imponía el Capítulo igual que a los demás Hermanos, a excepción de algunas que comentaremos a continuación.
      Si por su falta debe ser condenado o debe hacer penitencia, perdiendo su hábito temporalmente, a diferencia de los Hermanos que debían comer en el suelo, a ellos se les permite comer en la mesa de los servidores, sin mantel.
     Igualmente si su pecado es llevar una mala vida, provocando un escándalo en la casa, o es acusado de perfidia (deslealtad, traición o quebrantamiento de la fe debida), puede llegar a ser expulsado de la Orden, condenado a cadena o prisión perpetua.
     Las faltas serán absueltas en nombre del Papa, a excepción de las consideradas dentro de las más graves, en lo que será el propio Papa quién la juzgue, por ejemplo:
     La muerte de un cristiano/a.
     La agresión a un Hermano acompañada de derramamiento de sangre.
     Agresión a un sacerdote.
     Entrada a la Orden por simonía.
     Ingreso en el Temple de un monje que pertenece a otra Orden y que ha disimulado dicha pertenencia.
     Sin embargo, al residir el Papa en Roma, se puede pedir al Arzobispo u Obispo de la diócesis la absolución de dichas faltas.

     Aquí debemos distinguir las faltas contra la disciplina templaría, consideradas temporales, y que eran castigadas por el Capítulo, y los pecados, que eran castigados por el Capellán de la Orden.



     Prohibiciones.
- El ocio y las distracciones: las apuestas, juegos de dados o ajedrez, sin embargo podían jugar a la *rayuela y la *tabas.
- No se podía apostar nada.
- Mujeres: Mirarlas de frente, aunque se les reverenciaba por influencia de la moda caballeresca del tiempo, besarles aunque sean hermana, madre…
- Regalos: No podían hacerlos ni aceptarlos.
- Conversaciones  futiles, groserías, murmuraciones, confidencias…
- Acusar a un Hermano de cualquier falta en privado o a otro Hermano, debía hacerse cara a cara durante el Capitulo.
- Abandonar el campamento, encomienda, convento sin permiso del maestre.
- Adornar o modificar el diseño de sus prendas, igualmente prohibidos los colmillos o puntas de cuernos de carnero: hace referencia a un tipo de calzado de la época terminado en punta.
- Hora de las comidas: Levantarse de la mesa sin permiso del maestre, asimismo, Comer o beber fuera del *refectorio.
- Herir o castigar a un sirviente de armas por parte de un caballero.
- Salir solo, si se tuviera que hacer, se haría junto a un compañero y a caballo.
- Cuando se realizaban ejercicios de combates, solían utilizar una especie de lanza corta, tenían prohibido lanzarlas a tierra, para evitar accidentes.
- No se pueden mandar o simplemente escribir una carta sin licencia del maestre, posteriormente hay que leerla delante del mismo.
- Caza: prohibida la *cetrería, si les estaba permitido coger a lazo.
- Aunque los Hermanos caballeros se ocupaban de sus caballos, no se les permitía cambiarles las herraduras, para ello existía el herrero.
- No se les permitía llevar moneda alguna, a no ser que el Comendador lo permitiera; tal era la prohibición, que si un Hermano falleciera y tuviera en su poder alguna moneda, inmediatamente se le excluiría de la Orden, y no se le permitiría ser inhumado en el propio cementerio templario



El Aspecto Físico.

     Bernardo de Claraval se oponía al físico de los caballeros del siglo, con pelo largo, rizado, vestidos de manera opulenta con armas recargadas de detalles e incluso piedras preciosas.

     Sus caballeros según su Elogio de la nueva milicia templaría:

     IV: Del modo de vida de los Soldados del Templo.
     “Se cortan el pelo, conscientes de que, según el Apóstol, es ignominia para varón el dejar crecer la cabellera. Nunca se adornan, raramente se bañan, y mas bien andan con la barba hirsuta, cubiertos de polvo, ennegrecidos por las corazas y quemados por el sol”.
   
                                 

     Normalmente se dice de ellos o se tiene una versión de que no se lavaban, que iban siempre sucios, como incluso hemos visto en el elogio de Bernardo; en cierto modo es cierto, pues cuando estaban en tiempo de guerra,  por ejemplo en Tierra Santa, la poca agua que existía, no se usaba precisamente en el aseo, era un bien escaso, tampoco  podemos olvidarnos que durante la Edad Media, no se tenia unas medidas higiénicas y preventivas mínimas; sin embargo, uno de los Capítulos de la Regla, les dice:

     “Los que sirven a Dios es necesario sean limpios en el interior y exterior, pues así lo afirma el Señor: Sed limpios, porque yo lo soy”.




      También debemos darnos cuenta que el tono de piel moreno, tostado por el sol y cubierto de arena, no daría una sensación muy de limpieza, si unimos esta primera imagen de un caballero con la que se encuentra un peregrino que mas tarde vuelve a su hogar, ya tenemos una descripción errónea o no de su aspecto, además a medida que comienzan a extenderse por los reinos cristianos de Occidente, llamaría físicamente  la atención  de la gente acostumbrada a ver siempre lo mismo.

     Y por ultimo debemos calcular que el tiempo que empleaban en quitarse la ropa para asearse completamente, estaba contado, ya que en tiempo de guerra debían estar siempre alertas y preparados para un posible ataque del enemigo; si tenemos en cuenta que para quitarse la cota de malla, las brafoneras, y demás ajuar militar  necesitaban  la ayuda de su escudero, (solo la cota de malla, podía rondar los 30 o 40 kg de peso), y que todo caballero al igual que hacían los samuráis, seguirían una especie de ritual, pues solo queda imaginar el tiempo a invertir.

      En relación a la barba, estaba permitida, ya que era un signo de los eremitas, de los peregrinos y de los legos cistercienses, aunque no se les permitía excesivamente larga y bien recortada.


Bibliografía:

-         Verdadera historia de la Orden del Temple de Jerusalén. Antonio Galera García.









-         Caballeros de Cristo. Alain Demurger.









-         Codex Templi. Temple España.










-         Los templarios y otros enigmas medievales. Juan Eslava Galán.













La vida cotidiana de los templarios en el S.XIII. Georges Bornonove.

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