Bienvenidos iniciados, los miembros que integraban
Normalmente los miembros de una encomienda
o convento solían reunirse en Capítulos de manera periódica.
Estas sesiones
seguían una pauta:
* Primero se rezaba un Padre Nuestro, siempre con la cabeza descubierta como símbolo de respeto y humildad.
* El presidente del Capitulo otorgaba un sermón a los presentes.
* Cada uno de los Hermanos confesaban los pecados o faltas realizadas desde el ultimo Capitulo; comenzando el Hermano de mayor antigüedad y así sucesivamente, realmente se trataban de confesiones publicas, en lugar de hacerlo de manera privada al confesor.
* Primero se rezaba un Padre Nuestro, siempre con la cabeza descubierta como símbolo de respeto y humildad.
* El presidente del Capitulo otorgaba un sermón a los presentes.
* Cada uno de los Hermanos confesaban los pecados o faltas realizadas desde el ultimo Capitulo; comenzando el Hermano de mayor antigüedad y así sucesivamente, realmente se trataban de confesiones publicas, en lugar de hacerlo de manera privada al confesor.
Debían amonestarse entre los propios Hermanos siempre que incurrieran en
alguna falta, sin embargo, si volviera a caer en el mismo error, debía ser denunciado al Capitulo. La acción de
chivatear las faltas de otro no se veía como un reproche o castigo, simplemente
representaba la “salvación del alma del pecador”.
Las acusaciones debían hacerse en
presencia del denunciado: cara a cara. El acusado
podía defenderse y el acusador podía
presentar testigos para corroborar los hechos denunciados.
Una
vez confesadas las faltas, si la asamblea necesitaba deliberar el
castigo, el Hermano debían abandonar la sala, el tipo de castigo era
discutido y votado democráticamente.
Las Penas o Castigos.
Serían
proporcionales a la gravedad de la falta y a la reputación del
condenado, aunque debía realizarse sin ningún tipo de protesta o
negación a cumplirla.
Se
enumerarían desde la pena o castigo más severo hasta la pena más
leve:
1.-
Pérdida de la casa o Exclusión definitiva de la Orden.
2.-
Pérdida del hábito.
3.-
Retirada Temporal del hábito.
4.- 2
días de Penitencia a la semana (3 días la primera semana).
5.- 2
días de Penitencia Simple.
6.- 1
día de Penitencia.
7.-
Penitencia limitada al Viernes.
8.-
La Penitencia se deja a discreción del Capellán.
9.-
La moratoria o remisión del asunto ante una instancia superior.
10.-
La Paz, que significa adquisición del perdón general.
A
continuación iré explicando que tipo de faltas englobaría cada
pena o castigo para que se pueda entender mejor.
1.-
Pérdida de la casa o Expulsión definitiva de la Orden: Faltas
Graves.
La
simonía:
compra o venta deliberada de cosas espirituales como los sacramentos,
o temporales como prebendas o beneficios eclesiásticos; “
es el crimen cometido por un hermano que se ha hecho aceptar en la
Orden abusivamente mediante dones o promesas hechas incluso mediante
persona interpuesta. El que le ha recibido (dejándose corromper)
pierde el hábito templario, el derecho de recibir a otros hermanos y
de ejercer el mando.
Aquellos
que han asistido a la recepción y que son considerados como
cómplices - siempre y cuando tuvieran conocimiento de la simonía-
pierden el hábito y el derecho de mandar”.La
vida cotidiana de los templarios en el S.XIII. Georges Bordonove.
La
violación del secreto de los Capítulos.
La
muerte de un cristiano/a.
La
sodomía:
considerado pecado hediondo y brutal. Palabra que proviene de Sodoma,
antigua ciudad de Palestina donde se practicaba todo genero de actos
deshonestos; en este caso la practica del coito anal.
El
amotinamiento.
La
cobardía
reconocida.
La
herejía.
La
traición:
Un Hermano se pase a
los sarracenos.
El
hurto:
Hace referencia a
faltas de distintas gravedad como:
Disimular
un impedimento mayor (matrimonio, sacerdocio, enfermedad grave) en el
momento de la recepción de la Orden.
Salir
de noche de la Casa de otra forma que no sea por la puerta.
Ocultar
ciertas cosas u objetos durante una inspección.
Abandonar
la Casa por maldad o bajo un ataque de ira llevándose más cosas
que los vestidos usuales, y ausentándose más de 2 noches.
Ausentarse
de la Casa más de 2 noches sin autorización.
Hurtar
algo de la alforja o cofre (hucha) de un Hermano.
Huida del
campo de batalla mientras el gonfalón esté visible.
Todas
estas acciones tenían el castigo denominado de Exclusión:
El
condenado aparece con el torso desnudo, en calzas y paños menores,
además de llevar su correa o cinturón alrededor del cuello.
Delante
del Capítulo, se arrodilla y con la misma correa recibe la
disciplina impuesta.
Posteriormente,
se le hace entrega de una carta de despedida.
Es
muy importante decir que aunque el Hermano pueda irse, no significa
que lo haga donde quiera, quedando libre de toda responsabilidad;
debe ingresar en otra Orden como la de San Benito o San Agustín,
donde las normas son más estrictas.
Mencionar
que la Orden del Temple tenía suscrito una serie de acuerdos con la
Orden de los Hospitalarios, y en una de ellas se impone no acoger a
ningún Hermano templario que haya sido expulsado de la Orden.
2.-
Pérdida del hábito.
3.-
Retirada Temporal del hábito:
Se
aplicaba:
Cuando
un Hermano golpea a otro en un ataque de cólera, derribándole o
rompiéndole los cordones del manto.
Cuando
hiere gravemente a un cristiano.
Cuando
mantiene relaciones sexuales con una mujer.
Cuando
miente gravemente.
Cuando
mata a un servidor o a un esclavo (si sirve en una encomienda de
Oriente).
Cuando
una Hermano mata o hiere a un caballo dejándose llevar por la ira.
Por
la rotura de un sello magistral.
Por
arrojar el manto al suelo por despecho.
Por
abandonar voluntariamente su hábito...
El
castigo
impuesto consistía en la
exclusión de los actos comunitarios, debía devolver todo el ajuar
que le entrego la Orden a su ingreso.
Todos
los domingos tras la lectura del Evangelio, recibía el nº de azotes
impuestos delante de la comunidad.
Debía
ayunar los Lunes, Miércoles y Viernes, tomando solo agua y pan.
Esta
degradación no debía exceder más de 1 año y 1 día.
Una
vez terminado el tiempo establecido de la penitencia, se le devuelve
el hábito, sin embargo, estaba obligado a hacer su primera comida en
el suelo, sobre un pliegue del manto, como símbolo de humildad.
4.-
2 días de Penitencia a la semana (3 días la primera semana).
5.- 2 días de
Penitencia Simple.
6.- 1 día de
Penitencia.
Estas
penas no llevaban la retirada del hábito, pero si obligaban a
realizar una penitencia especial, realizaban los días impuestos los
trabajos como: barrendero, pinche de cocina, cargar y descargar la
carreta, encender el fuego....
7.-
Penitencia limitada al Viernes:
El
castigo simplemente se limitaba a un ayuno de agua y pan todos los
viernes durante el tiempo impuesto, igualmente realizar la disciplina
de los azotes con su cinturón.
8.- La Penitencia se
deja a discreción del Capellán:
Impuesta
por el Capellán, normalmente consistía en rezar plegarias.
9.-
La moratoria o remisión del asunto ante una instancia superior:
En
este caso el Capítulo lo transfiere a una autoridad superior,
quienes tomarán la decisión oportuna.
Faltas
y Castigo de los Hermanos Capellanes.
Ellos
también cometían faltas, el castigo lo imponía el Capítulo igual
que a los demás Hermanos, a excepción de algunas que comentaremos
a continuación.
Si
por su falta debe ser condenado o debe hacer penitencia, perdiendo su
hábito temporalmente, a diferencia de los Hermanos que debían comer
en el suelo, a ellos se les permite comer en la mesa de los
servidores, sin mantel.
Igualmente
si su pecado es llevar una mala vida, provocando un escándalo en la
casa, o es acusado de perfidia (deslealtad, traición o
quebrantamiento de la fe debida), puede llegar a ser expulsado de la
Orden, condenado a cadena o prisión perpetua.
Las
faltas serán absueltas en nombre del Papa, a excepción de las
consideradas dentro de las más graves, en lo que será el propio
Papa quién la juzgue, por ejemplo:
La
muerte de un cristiano/a.
La
agresión a un Hermano acompañada de derramamiento de sangre.
Agresión
a un sacerdote.
Entrada
a la Orden por simonía.
Ingreso
en el Temple de un monje que pertenece a otra Orden y que ha
disimulado dicha pertenencia.
Sin
embargo, al residir el Papa en Roma, se puede pedir al Arzobispo u
Obispo de la diócesis la absolución de dichas faltas.
Aquí
debemos distinguir las faltas contra la disciplina templaría,
consideradas temporales, y que eran castigadas por el Capítulo, y
los pecados, que eran castigados por el Capellán de la Orden.
Prohibiciones.
-
El ocio y las distracciones:
las apuestas, juegos de dados o ajedrez, sin embargo podían jugar a
la *rayuela
y
la *tabas.
-
No se podía apostar nada.
-
Mujeres: Mirarlas
de frente, aunque se les reverenciaba por influencia de la moda
caballeresca del tiempo, besarles aunque sean hermana, madre…
-
Regalos: No podían
hacerlos ni aceptarlos.
-
Conversaciones futiles, groserías,
murmuraciones, confidencias…
-
Acusar a un Hermano de cualquier falta en privado o a otro Hermano,
debía hacerse cara a cara durante el Capitulo.
-
Abandonar el
campamento, encomienda, convento sin permiso del maestre.
-
Adornar o
modificar
el diseño de sus
prendas, igualmente prohibidos los colmillos o puntas de cuernos de
carnero: hace referencia a un tipo de calzado de
la época terminado en punta.
-
Hora de las comidas:
Levantarse de la mesa sin permiso del maestre, asimismo, Comer o
beber fuera del *refectorio.
-
Herir o
castigar
a un sirviente de
armas por parte de un caballero.
-
Salir solo, si se
tuviera que hacer, se haría junto a un compañero y a caballo.
-
Cuando se realizaban ejercicios de combates, solían utilizar una
especie de lanza corta, tenían prohibido lanzarlas a tierra, para
evitar accidentes.
-
No se pueden mandar o simplemente escribir una carta sin licencia del
maestre, posteriormente hay que leerla delante del mismo.
-
Aunque los Hermanos caballeros se ocupaban de sus caballos, no se les
permitía cambiarles las herraduras, para ello existía el herrero.
- No
se les permitía llevar moneda
alguna, a no ser que el Comendador lo permitiera; tal era la
prohibición, que si un Hermano falleciera y tuviera en su poder
alguna moneda, inmediatamente se le excluiría de la Orden, y no
se le permitiría ser inhumado en el propio cementerio templario
El
Aspecto Físico.
Bernardo de Claraval se oponía al físico de los
caballeros del siglo, con pelo largo, rizado, vestidos de manera opulenta con
armas recargadas de detalles e incluso piedras preciosas.
Sus caballeros según su Elogio de la nueva milicia templaría:
IV: Del
modo de vida de los Soldados del Templo.
“Se cortan
el pelo, conscientes de que, según el Apóstol, es ignominia para varón el dejar
crecer la cabellera. Nunca se adornan, raramente se bañan, y mas bien andan con
la barba hirsuta, cubiertos de polvo, ennegrecidos por las corazas y quemados
por el sol”.
Normalmente se dice de ellos o se tiene
una versión de que no se lavaban, que iban siempre sucios, como incluso hemos
visto en el elogio de Bernardo; en cierto modo es cierto, pues cuando estaban
en tiempo de guerra, por ejemplo en
Tierra Santa, la poca agua que existía, no se usaba precisamente en el aseo,
era un bien escaso, tampoco podemos
olvidarnos que durante la Edad Media ,
no se tenia unas medidas higiénicas y preventivas mínimas; sin embargo, uno de
los Capítulos de la Regla ,
les dice:
“Los que
sirven a Dios es necesario sean limpios en el interior y exterior, pues así lo
afirma el Señor: Sed limpios, porque yo lo soy”.
También debemos darnos cuenta que el tono
de piel moreno, tostado por el sol y cubierto de arena, no daría una sensación
muy de limpieza, si unimos esta primera imagen de un caballero con la que se
encuentra un peregrino que mas tarde vuelve a su hogar, ya tenemos una
descripción errónea o no de su aspecto, además a medida que comienzan a
extenderse por los reinos cristianos de Occidente, llamaría físicamente la atención
de la gente acostumbrada a ver siempre lo mismo.
Y por ultimo debemos calcular que el
tiempo que empleaban en quitarse la ropa para asearse completamente, estaba
contado, ya que en tiempo de guerra debían estar siempre alertas y preparados
para un posible ataque del enemigo; si tenemos en cuenta que para quitarse la
cota de malla, las brafoneras, y demás ajuar militar necesitaban
la ayuda de su escudero, (solo la cota de malla, podía rondar los 30 o 40 kg de peso), y que todo
caballero al igual que hacían los samuráis, seguirían una especie de ritual,
pues solo queda imaginar el tiempo a invertir.
En relación a la barba, estaba permitida, ya que era un signo de los eremitas, de
los peregrinos y de los legos cistercienses, aunque no se les permitía
excesivamente larga y bien recortada.
Bibliografía:
-
Los templarios y
otros enigmas medievales. Juan Eslava Galán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario