9 de junio de 2014

Orden del Temple y la Guerra

 

   Bienvenidos iniciados, el Temple y la guerra han estado unidos desde sus principios, veremos esta relación estudiando como se desplazaban, logística, organización  para el combate...



    
      Como hemos visto en anterior entrada: Ingreso en la Orden del Temple; una vez que el individuo era nombrado miembro de la Orden, debía pasar por un periodo de pruebas y adiestramiento militar; este adiestramiento comprendía: una mejor destreza en el manejo de las armas, mejora como jinete, aprendizaje en tácticas de combate, el acatamiento de las ordenes de su Hermano Superior para mantener su posición en la formación de combate, incluso se llegaba a maltratar físicamente  al recién llegado, como enseñanza de lo que le podría pasar si cayera en manos del enemigo Asimismo se le enseñaba como actuar durante el tiempo de guerra.   

     Tenemos que tener en cuenta que la disciplina e instrucción a la que eran sometidos los caballeros templarios, podría compararse o incluso ser superior a lo que seria un soldado de élite actual. El entrenamiento los convertía en maquinas de matar cuando se les daba la orden; podríamos compararlo con los antiguos samuráis japoneses, guerreros disciplinados a las ordenes de un  shogun, que preferían la muerte a la rendición.
     Por otro lado, se ha encontrado escritos medievales con dibujos que explican las “artes marciales medievales” en las que se combina la destreza de  las armas con la lucha cuerpo a cuerpo (uso de puños, patadas y proyecciones), basados por supuesto en el “pancracio griego”, que es el arte marcial mas antiguo que se  conoce.
     Aunque tenemos en la retina como referencia de grandes guerreros a los orientales, hay que saber que toda esa disciplina, conocimientos y habilidades, se conocían y se usaban en Europa desde época griega y romana.



                  Manuscrito de la Torre. Royal Armouries MS.133 (1290 – 1300)

     Siguiendo con la Orden, los periodos de pruebas desaparecerían a medida que necesitaran mas hombres en Tierra Santa, ya que el tiempo empleado en la preparación retrasaba su llegada, llevándose a cabo solo en casos determinados, como que fuese pedido por el maestre a un/os determinado/s Hermano/s; aunque también hay que destacar que este adiestramiento seguiría dentro de sus obligaciones y deberes con la Orden.

     Vivían acuartelados, en tiempo de guerra lo harían en campamentos que desplazaban de un lugar a otro.
     En tiempo de paz los hermanos solían cabalgar sobre mulas o caballos normales, los escuderos se encargaban de las *acémilas, cargadas con el equipamiento y avituallamiento del campamento.
     Se desplazaban en “ruta”, es decir, en formación de columna (en tiempo de guerra); y en línea preparados para atacar en el campo de batalla; al mismo tiempo distinguían la cabalga en momentos de guerra como de paz.

     “Cuando el convento cabalga de camino, el gonfalonero debe ir delante del gonfalón y hacer que este lo lleve un escudero (…). Y cuando esta en guerra, y los hermanos van en escuadrón, un turcople debe llevar el gonfalón (…).” Caballeros de Cristo. Alain Demurger.

Nota: la palabra convento hace referencia al conjunto de hermanos combatientes, caballeros o sargentos; gonfalón también llamado baussant.

·        ORGANIZACIÓN DE MANDO EN TIEMPO DE GUERRA.


                               MAESTRE.
                         Conserva su autoridad.



                               MARISCAL
                        Se convierte en Comandante  jefe.



  SUBMARISCAL            TURCOPLIER             GONFALONERO
Se ocupa de las            Manda a turcoples              Encargado de los
Armas.                         y sargentos.                         escuderos.



                            CABALLEROS
                      Montan caballos normales pero
                      vestidos  con los aperos de guerra.



             ESCUDEROS
 - Portan las espadas y lanzas (delante de los caballeros).
 - Guían a los caballos de batalla (detrás de los caballeros).
 - Forman un escuadrón que sigue a los caballeros, en caso de necesitar sustituir a un caballo herido o muerto.



        
·        USOS Y COSTUMBRES EN EL COMBATE.

     A la hora de hablar de la batalla, tenemos que tener en cuenta:

-         Localización del lugar donde se va a producir la batalla: Oriente – Occidente.
-         La manera y tácticas de combate según el ejercito; en Oriente los turcos utilizaban técnicas distintas a las usadas en Occidente, de ellas hablaremos seguidamente.
-         No era lo mismo batallar a campo abierto con el enemigo, que defender una fortaleza o una iglesia.
-         No tenían el mismo poder de control sobre el ejército instalado en Tierra Santa que el trasladado a la Península Ibérica durante la Reconquista.
-         El armamento y ajuar militar era diferente entre por ejemplo, un soldado europeo y un soldado turco.

     Durante  los primeros enfrentamientos en Tierra Santa, se encontraron con un modo de guerrear muy distinto al acostumbrado por  los soldados europeos; los arqueros musulmanes manejaban un arco potente y su ritmo de tiro era rápido; eran capaces de disparar montados en sus caballos a galope, sus caballos eran mas rápidos debido a que no soportaban el peso extra de las cotas de malla utilizada por los Occidentales, lo que implicaba una mayor movilidad a la hora de esquivar las cargas de la caballería pesada cristiana; hostigaban continuamente dando igual el tipo de terreno, ya fuera campo a través, desigual….

     Los soldados europeos tuvieron que modificar y tomar acciones ante estos continuos hostigamientos; los templarios contrataron un gran numero de *turcopolos, capaces de devolver el fuego al enemigo evitando el  hostigamiento directo a la caballería pesada.
     A la hora de combate, todos debían ocupar su lugar asignado en la formación; los templarios se agrupaban por escuadrones bajo el mando del comendador, siguiendo el baussant o gonfalón, tomándola de guía y punto de concentración del combate, era seguida fielmente, mientras ondeara, el combate no debía detenerse, servía para que la filas templarías se mantuvieran unidas cuando se levantara la gran polvareda en la batalla, y el ruido impidiera comunicarse unos con otros.
     Si esta caía, era repuesta inmediatamente por otra que el alférez llevaba enrollada en su lanza, si volvía a caer seguirían la bandera de los Hospitalarios, si esta también sucumbiera, la de otro príncipe cristiano.

     Como es sabido, la principal misión de los templarios en Tierra Santa era la de protección de los peregrinos durante el camino, para facilitar esta labor se les haría custodios de torres y pequeñas fortalezas localizadas a lo largo de los itinerarios realizados por los peregrinos. (De sus nombres, fechas de donaciones o custodia hablaremos mas adelante); eran administradas, restauradas por la propia Orden.

     El templario se preparaba física y mentalmente por si llegaba a  caer prisionero:
-         No podía rendirse.
-         No podía dar cuartel al enemigo.
-         Sabía que no seria rescatado por la Orden.
-         No debía *apostatar de su fe.

Entre algunos casos tenemos:
-         Batalla en los Cuernos de Hattin  en 1187: 230 prisioneros templarios fueron decapitados.
-         Conquista de Safeto: 80 templarios prefirieron morir antes que apostatar de su fe para ser liberados.
     Normalmente eran decapitados, ya que priorizaban el honor de la Orden antes que su vida.
                        



·        NORMAS Y REGLAMENTACION TANTO EN RUTA COMO EN EL CAMPAMENTO.

-         Realizaban patrullas de reconocimientos, estas se adelantaban a la vanguardia y flanqueaban al ejercito para prevenir *celadas; no se debía desensillar en ningún momento.
-         Si un emisario vuelve en sentido inverso al de la marcha, era conveniente cabalgara a *sotavento para que la polvoreda levantada por su caballo, no cayera ni tapara a la columna.
-         Prohibido salir de la cabalgada para hablar de temas mundanos o descansar.
-         Acampados: Ningún Hermano podía alejarse más allá del alcance de la voz; en caso de establecerse en la plaza fuerte, servía no más allá de una legua.
-         A la hora de comer: Los Hermanos debían cubrirse con sus capas, eran llamados por el comendador de la carne, entregando la misma cantidad de comida a cada Hermano, siendo cocinada junto a sus escuderos. Se les permitía cocinar animales cogidos a lazo, pues tenían prohibido la caza.
-         Cada Hermano era responsable  del cuidado y mantenimiento de sus armas.
-         Recogida del campamento de manera rápida, ordenada  y comprobar no dejarse objetos ni pertenencias atrás.
-         Partir de noche: En este caso se instaba a estar en silencio, caso de tener que hablar con otro hermano dejaría la formación acompañado de sus escuderos y volvería de nuevo a ocupar su lugar una vez terminado. Si el caballero fuese a alguna formación por detrás de su posición, lo haría por el lado hacia el que sopla el viento para evitar que el polvo y la arena del desierto cayeran sobre sus Hermanos.
-         Los caballos recibían todos la misma cantidad de alimento y un buen cuidado, ya que el caballo era uno de los bienes mas preciados para la Orden.
-         Debían dormir sin despojarse de camisa, calzones, calzas y cinturón, junto con su espada, preparados para entrar en batalla en cualquier momento.


·        A LA HORA DE ACAMPAR.

     El mariscal daría la orden gritando: “Herbergies vos, seiuors freres, de par Dieu! - ¡Acampen, señores hermanos, por Dios!”.

     La primera tienda a montar era la capilla, donde recitaban sus oraciones, luego alrededor se  iban instalando la del maestre de forma redondeada, la del comendador de la Tierra, la del comendador de la carne y por ultimo las demás.
     Cuando se encontraban en campaña, el comendador de la carne era el que se ocupaba de organizar y repartir las comidas.
     El pañero se encargaría de repartir la ropa y material de cama.
     Todos se regirían por las normas mencionadas anteriormente.
     No podemos olvidarnos que el templario debía llevar unida la vida conventual y la vida de soldado, debiendo realizar conjuntamente sus rezos y obligaciones de guerrero.

     Bibliografía:
   


 - Codex Templi. Templespaña










     - Caballeros de Cristo. Alain Demurger.




    




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