Bienvenidos
iniciados, Monzón junto a Novillas se convertirían en los principales centros
administrativos del Temple en Aragón…
Encomienda de Monzón con Chalamera- Huesca.
“La elección de Monzón obedece, entre
otras motivaciones de tipo económico, a ser la clave de una zona altamente
conflictiva que necesitaba de una fuerza, como la templaría, para reforzar las
fronteras de la reconquista, truncadas con la muerte de Alfonso I, después de
la derrota de Fraga (17 julio 1134)”. Los templarios de Monzón (Huesca)
(S.XI-XIII). Francisco Castillón Cortada.
En 1192
administraban y controlaban 28 iglesias, bienes que tasaban, medían y
distribuían los diezmos y primicias de la población a partes iguales entre
ambos estamentos y que motivaron numerosas fricciones; este mismo año se
celebraría una reunión entre templarios y el obispo de Lérida en la cual se
llegaría a delimitar los diezmos y derechos sobre la iglesia que pertenecían a
ambos, igualmente se daba opción a que los templarios pudieran elegir donde
querían ser enterrados: Gardeny, Chalamera o Monzón. “En un paraje llamado El Fosalet, parece que se encontraron restos del
cementerio que perteneció a la Orden”. Los
enclaves templarios. Juan G. Atienza.
“desarrolló actividades económicas, como
el aprovechamiento fluvial del río Cinca, la elaboración de telas o la
ganadería”. Enclaves
templarios. Mª Lara Martínez.
Junto con
Chalamera controlaban los puentes de Fraga y Monzón, para ser utilizados se
debía pagar un peaje y/o impuesto del tránsito, igualmente el tránsito por el
río se realizaba en barcas donde se transportaba desde personas y productos
hasta animales, en esta ocasión se comprometían tanto el Temple como los
vecinos al mantenimiento de las barcas.
La
carnicería llevada por los templarios, cedían su derecho a los vecinos de
Monzón, de manera que podían matar, vender o comprar carne libremente.
La aduana
llegaría a tener su propia medida, pasando por aquí gran cantidad y variedad de
productos:
Alimenticios:
trigo, aceite, higos albaricoques, cerezas avellanas, almendras…
Comercio
de tintes: la grana, el bermellón, el índigo, el Brasil…
Derivados
de la Ganadería: cabra, pieles de zorro, armiño, conejo…
Comercio
de especias: pimentón, clavo, azafrán, canela, comino…
Minerales:
hierro, plomo, estaño, cobre, plata…
Ramón Berenguer IV les ratificaría la entrega de Monzón en 1144, añadiendo “que nadie podrá construir o poblar a menos de 1 milla de la villa de Monzón sin autorización de su gobernador”.
Pedro II lo confirmará de nuevo en 1209, añadiendo “de manera que ninguna persona eclesiástica o civil podía abrir hornos, mataderos, baños, tintorerías, poseer pesos o medidas para el trigo, celebrar mercado o construir poblado alguno a distancia de una milla de Monzón”. Los templarios de Monzón (Huesca) (S.XI-XIII). Francisco Castillón Cortada.
Monzón y Novillas constituirían los
principales centros administrativos del Temple aragonés, al mismo tiempo la
encomienda de Monzón se encargaría de la defensa de los castillos y propiedades
cedidas; ejercería la jurisdicción civil, criminal y religiosa, y como en otras
posesiones templarías estaban exentos de cualquier restricción episcopal.
Nombraban a
gente de la villa para que les representaran en el gobierno de la población, es
decir, alcalde, administrador y concejales, los presentaba el comendador y
después eran votados por la gente del pueblo.
Una vez
jurados sus cargos, debían comprometerse “a
no formar asociación o grupo de presión a espaldas del Temple, como vasallos
que eran dela Orden”. Los
templarios de Monzón (Huesca) (S.XI-XIII). Francisco Castillón Cortada.
“En Monzón se tenían los Capítulos de la
Orden; se efectuaban las profesiones religiosas, cualquier empresa e cierta
envergadura, como por ejemplo, la fundación del pueblo de Belver”. La
población templario-hospitalaria de Chalamera y su monasterio de Santa María.
Francisco Castillón Cortada.
Castillo de Monzón.
“Las fortalezas de Miravet, Gardeny, Monzón y Castellote fueron cronológicamente las primeras ya que se construyeron o remodelaron en el último cuarto del siglo XII, y constituyen los ejemplos de máximo interés en lo que a arquitectura militar templaría se refiere. Estas fortalezas fueron innovadoras en el contexto de la arquitectura militar del país”. El patrimonio monumental y artístico de los templarios en la Corona de Aragón. Joan Fuguet Sans.
En su
interior construyeron un convento dedicado a San Nicolás, y como en muchas
encomiendas templarías, no falta un camino subterráneo que comunicaba el Templo
con la Fuente de Santa Quiteria, la Casa Templaría y el río.
En unas excavaciones arqueológicas realizadas en el castillo, se encontraron los restos de la Iglesia parroquial de San Juan, construida por los templarios para el pueblo; dependientes de ella fueron veintiocho iglesias, “sin duda la más importante entre las iglesias parroquiales de patronato de la orden, puesto que en 1191 recibió patrocinio y protección papal de manos de Celestino III”. El patrimonio monumental y artístico de los templarios en la Corona de Aragón. Joan Fuguet Sans.
Una de sus torres está dedicada al infante Jaime I, ya que aquí pasaría parte de su infancia bajo la tutela de la Orden, en mi entrada Jaime I podéis encontrar más información sobre él.
Durante el
proceso de arresto de los templarios, se refugiarían en el castillo donde tras
sufrir 16 meses de asedio, terminarían en 1309 entregando el castillo a Jaime
II de Aragón.
Santuario
Nuestra Señora de la Alegría.
Ubicado en un lugar donde se realizaban cultos ancestrales, y al parecer muy relacionado con Jaime I, ya que tuvo una gran devoción por la imagen de Nuestra Señora, incluso existen ciertas leyendas que relacionan este lugar con la espada del Cid Campeador, se cuenta que fue guardada en este Santuario y que el propio Jaime I llegaría a utilizarla en algunas de sus batallas.
“La colegiata de Santa María del Romeral,
hoy concatedral de la diócesis de Barbastro-Monzón, pasa por ser una obra
iniciada por los templarios a partir de la segunda mitad del S.XII”. Rutas por la España de los
templarios.
Hueste
y Cabalgada.
“En 1209, los monarcas Pedro II y su hijo,
Jaime I el Conquistador (1213-1276), en 1264, concedieron y ratificaron el
privilegio de hueste y cabalgada. El servicio de hueste consistía en el deber
de acudir a la gran expedición militar. El de cabalgada obligaba a los vasallos
montisonenses a acudir a la rápida correría de devastación. Este privilegio
daba a los freires el poder disponer de un ejército apto para combatir en campo
abierto o poner cerco a una plaza o fortaleza. El ejército o hueste estaba
reclutado entre los vecinos de la villa para defensa de la Encomienda y del
Castillo, siendo convocados mediante pregón o toque de rebato. A esta campaña
se le llamaba apellido (apelarre= llamar) que podía llevarse a cabo por doble
finalidad: Llamada a las armas para defenderse de un ataque por sorpresa o para
llevar a cabo una campaña militar de resistencia a la agresión. En caso de que
el rey convocase el ejército para emprender alguna campaña militar, los
templarios debían incorporar a la hueste real la aportación de sus vasallos
monzoneses. La hueste implicada en este caso, cierta envergadura y duración. La
cabalgada era una rápida incursión a caballo por tierras enemigas, seguida por
lo general, de un ataque por sorpresa al Castillo”.
Los templarios de Monzón
(Huesca) (S.XI-XIII). Francisco Castillón Cortada.
Aquellos
que no obedecían la norma real serían castigados, de tal modo que los vecinos
estaban obligados a “prestar el auxilio
debido a los templarios (auxilio en el servicio militar); los servicios de
armas eran tres: a) el de hueste o deber de acudir a la gran expedición
militar; b) el de cabalgada, deber de acudir a la rápida correría o de
vastación, c) el de guardia o servicio de vigilancia armada, además de abonar
los diezmos, peajes…”. Los
templarios de Monzón (Huesca) (S.XI-XIII). Francisco Castillón Cortada.
Desde aquí podéis acceder
a Chalamera.
Bibliografía:
Enclaves templarios. Mª Lara Martínez.
Los enclaves templarios. Juan G. Atienza.
Rutas por la España de los templarios.
La población templario-hospitalaria de Chalamera y su monasterio de Santa María.
Los templarios de Monzón (Huesca) (S.XI-XIII).
Francisco Castillón Cortada.
El patrimonio monumental y artístico de los templarios
en la Corona de Aragón. Joan Fuguet Sans.
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