1 de octubre de 2014

Donaciones a la Orden del Temple



     
     Bienvenidos iniciados, las donaciones formarían una parte de los recursos económicos y materiales de su sostenimiento y manutención, de como las manejaron para sacar el máximo provecho, hablaremos a continuación...




      Lo primero que tenemos que entender es el significado de la propia palabra “donación”:
  • Libertad de alguien que transmite gratuitamente algo que le pertenece a favor de otra persona que lo acepta.
  • Después del fallecimiento del donante, se hace entrega de algo ofrecido gratuitamente por el mismo, rigiéndose por las reglas de las disposiciones testamentarias.

     Sabemos que los primeros miembros de la Orden, antes de su aprobación formal, viajaron realizando lo que hoy denominaríamos “marketing” para la captación de nuevos miembros y recursos para su mantenimiento y expansión; uno de estos primeros recursos serian las donaciones.
     En un primer momento provenientes de la nobleza, reyes y gente pudiente, ya que el campesino no tenía mucho que ofrecer, sin embargo, la Orden redactaría diversos tipos de donaciones a medida que comenzaba a crecer, un campesino no podía donar dinero, tierras porque no lo tenía, lo que si podía hacer era donarse el mismo y trabajar para la Orden, de todo ello hablaremos mas detenidamente.
     Lo que sí está claro, es que la mayoría de los reyes y nobles utilizarían el pago mediante donaciones para tener a la Orden dentro de sus propiedades cuando se produjeran las razzias de los musulmanes, actuando como barreras defensivas, sobretodo en la Península Ibérica.

     En los inicios de la Orden, el donante podía donar su casa y propiedades a la vez que ingresaba en la misma, ya fuese de por vida o por tiempo determinado.      Normalmente se nombraba al mismo donante como responsable del lugar dado su conocimiento del mismo hasta que se designara el status de la donación dentro de la Orden.
     Las donaciones podían seguir dos fórmulas:
  • Por Amor a Dios: El donante entregaba la donación a la Orden para conseguir su salvación.
  • Por Admiración a los templarios: Realmente estaba camuflada como una especie de seguro, es decir, utilizada en aquellos casos en los que un rey o noble preveía que en un futuro podría tener problemas; realizaba una generosa donación a la Orden, a cambio la Orden respondería a su llamada de socorro.

     Se dividían en:
     1.- Donaciones Interesadas: Normalmente procedentes de señores feudales y reyes; solían proporcionar algún beneficio a los donantes, p. Ej.: donación de castillos y/o territorios que la Orden se encargaba de repoblar.
     2.- Donaciones Desinteresadas: Llamadas “por caridad”; realmente eran regalos que se hacían a la Orden o a los propios Hermanos, sin embargo, si fuesen declaradas como tales, no podrían aceptarlas ya que su Regla les prohibía aceptar regalos.
     3.- Donaciones “pro amore Dei et remissione peccatorum”-”por amor a Dios y remisión de los pecados”:En este caso se estipulaba que el donante tomara el hábito templario antes de su muerte, tenían la creencia de que al ser enterrado como soldado de la Milicia de Cristo, ganaría automáticamente la misericordia divina. Como ej. podemos citar a Ramón Berenguer III, sería envestido caballero templario cinco días antes de su muerte (1131) y amortajado como caballero.
     4.- Donaciones llamadas Mixtas:
  • Normalmente una persona o familia con un pequeño terreno, casa o pequeña renta, donan parte de esta propiedad a cambio de una cantidad de dinero y de la protección de la Orden, realmente era una manera de enmascarar préstamos utilizando como aval la parte de renta, propiedad o terreno en manos del propietario.
  • Otro tipo era la realizada por un matrimonio sin descendencia, dejan su patrimonio a la Orden, y ésta a cambio se hace cargo de el cónyuge cuando quede viudo/a y se encarga de la administración de este patrimonio hasta que fallezca, pasando todo a ser propiedad de la Orden. Era un método muy habitual para evitar engaños y acosos en caso de que fuera la mujer la primera en quedarse viuda.

  • Hijos donados al Temple:

     Es de suponer que en los inicios de la Orden, los miembros no podrían prestar atención ni cuidados a niños, de echo en la propia Regla, admiten un capítulo (Capitulo LXII) en los que se prohíbe la admisión de niños pequeños en la Orden, sin embargo, quien hace las normas hace las trampas, simplemente añadirían la palabra *oblato para que tanto los hijos de los propios caballeros, parientes o benefactores fuesen aceptados, educados y entrenados en la Orden para que una vez formados como soldados, combatieran contra los infieles.
     En este periodo de tiempo, muchas familias humildes “donaban” a su/s hijo/s para procurarles “una vida mejor”; estos chicos podían elegir llegado el momento de permanecer o abandonar la Orden, normalmente decidían quedarse , formando parte del ejército o desempeñando distintas tareas domésticas o militares.
     Las familias mas humildes podían recibir tierra de cultivo, que como era habitual, estaba administrada por la propia Orden.


  • Primeras Donaciones:

     En este aspecto no debemos olvidarnos que las primeras donaciones, denominadas “dotes” , serían las realizadas por los primeros caballeros en los comienzos de la Orden.
     Se conoce la dote de Hugo de Payns/Payens consistente en sus bienes en Payns; Godofredo de Saint-Omer entregó una casa en Ypres (Flandes); Payens de Montdidier haría lo mismo con su señorío en Fontaine...
     Como se ha comentado anteriormente, a medida que viajaban y se les conocía, multitud de personas querrían colaborar con la novedosa Orden, a través de distintas y variadas donaciones.

  • Las Bulas:
     Eran privilegios concedidos a través de los distintos papas, se podrían englobar como normativas eclesiásticas.
     No sólo eran concedidas a la Orden del Temple sino también a las demás órdenes religiosas-militares existentes, e incluso a reyes; aunque hay que reconocer que el Temple sería una de las más beneficiadas con ellas, y que este echo le trajo más de un conflicto.
     Pero sobre las bulas, fechas y privilegios tenéis más información en esta entrada: La Orden del Temple: Los Privilegiados de los Papas

  • La Donación más impactante: Alfonso I “el batallador” (1073-1134). Rey de Aragón.

     Alfonso I redactaría dos Testamentos, el primero en Bayona en octubre de 1131(Archivo de la Corona de Aragón); y ratificado tres días antes de su muerte en septiembre de 1134 en Sariñena (Archivo Histórico Nacional de Madrid).


     Si pincha aquí te mando al enlace donde aparecen los dos testamentos recogidos del libro “La Verdadera História de la Orden del Templo de Jerusalén”. Antonio Galera Gracia. Testamentos Alfonso I.

      En su Testamento Final designa como herederos a 3 órdenes: El Santo Sepulcro, los Hospitalarios y los Templarios, a partes iguales, sin embargo, al Temple le añade su caballo y armas, y si llegara a conquistar Tortosa, fuese entregada al Hospital de Jerusalén.




     No tardarían en surgir desavenencias, rechazos y descontento entre sus vasallos; al morir sin descendencia, los nobles aragoneses y los navarros por su cuenta, no dudarían en nombrar a los sucesores al trono.



     En el bando de Aragón sería nombrado Ramiro, hermano de Alfonso, monje y recién nombrado Obispo de Rodas y Barbastro; conocido como Ramiro II “el monje” (1075-1157).
     Los nobles aragoneses argumentaron su decisión en una tradición aragonesa el rey sólo podía disponer a su antojo de las tierras que hubiera ganado por su propia mano, mientras que aquellas que hubiese heredado de sus antepasados-la mayoría, en este caso-, engrosarían los bienes del familiar mas cercano”. Historia de Iberia Vieja Nº80




   




  Por parte Navarra harían lo mismo con García Ramírez V (1110-1150), biznieto del rey García III de Nájera y nieto del Cid Campeador.
     El Reino unido de Aragón y Navarra, quedaría dividido a partir de este momento siguiendo caminos diferentes.





     Las órdenes no dudarían en esperar una solución al conflicto, sobre todo cuando contaban con el apoyo de la Santa Sede.
     La solución vendría dada por parte de Ramiro II: De su matrimonio con Inés de Poitiers nació Petronila a quien prometió con Ramón Berenguer IV, sería nombrado Príncipe de Aragón hasta que su hija tuviese la edad suficiente para convertirse en reina.
     El primer trabajo de Ramón Berenguer sería buscar solución a el conflicto, para ello debía mantener por un lado las buenas relaciones con la Santa Sede, y por otro debía mantener las órdenes a su lado, para poder utilizarlas en su lucha contra el Islam.
     En 1140 se reúne con las tres órdenes, las cuales confirman los derechos de sucesión de Ramón Berenguer IV, a cambio de la obtención de bienes y mercedes.
     La Orden del Hospital y la del Santo Sepulcro se quedan un vasallo tributario de cada región: un cristiano, un judío y un musulmán en Barbastro, Jaca, Huesca, Zaragoza, Calatayud, Daroca...
     Aparece documentado que la Orden del Temple, se reuniría de manera privada con Ramón Berenguer antes de la reunión oficial con las tres órdenes, en ellos se compromete a entregarles la villa de Daroca con términos, población y derechos reales, castillo de Osso y Belchite; el honor de Cutanda con sus pertenencias; un vasallo cristiano, judío y moro en Zaragoza; la cuarta parte de la villa de Cuarte; el diezmo de cualquier ganancia recogida en territorio musulmán.

     Con este rey, el Temple conseguiría grandes donaciones y un buen afianzamiento en los territorios de Aragón a medida que se ganaba terreno al Islam.
     Si se hace un balance sobre el número de donaciones a lo largo de la existencia de la Orden, habría que decir que durante el S.XII se produciría un gran número de ellas, produciéndose una disminución en la primera parte del S.XIII.
     Hay que tener en cuenta que la organización y el mantenimiento de las distintas Cruzadas pasarían factura, y con la caída de Jerusalén se agravaría aún más, provocaría por un lado que la gente los culpe en parte de dicha perdida, y por otro no entienden la existencia de la Orden si su labor principal, su origen ya no existe.

     Bibliografía:

  • Los templarios en los Reinos de España. Gonzalo Martínez Diez.






  • La verdadera historia de la Orden del Templo de Jerusalén. Antonio Galera Gracia.








La vida cotidiana de los templarios en el S.XIII. Georges Bornodobe.





  • Historia de Iberia Vieja. Nº 80.



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