En
esta ocasión, la leyenda surge en la llamada Sierra de la Culebra,
en la comarca de Aliste (Zamora).
La
presencia templaría en tierras zamoranas se haría presente con la
aparición de varias encomiendas como Villalpando, además de
propiedades y castillos, lo que une a los templarios con la aparición
de leyendas, sin olvidarnos que una parte de ellas es real, y la
restante sufrirá las alteraciones provocadas por el paso del tiempo
y de las personas.
La
leyenda cuenta que en la Sierra de la Culebra vivía un ermitaño, un
fraile templario, se alojaba en una cueva cerca del nacimiento del
río Espinoso. Debido a la humedad de la misma, sufría tanto en su
propio cuerpo como en sus libros la humedad y moho, así que decidió
construirse una choza de madera para proteger sus libros, tras coger
su hacha, se puso manos a la obra y se dirigió hacia el bosque para
talar algunos árboles. Sin embargo, cada vez que golpeaba un árbol,
el hacha rebotaba sin hacer mella en el mismo. Todo debido a unos
malos espíritus que vivían en los árboles y no querían la
presencia del monje en su bosque.
Humildemente,
volvería a su húmeda cueva, por el camino se topó con espinos,
trenzando y añadiendo barro podría utilizarlos para su choza.
Una
vez terminada, bendijo al espino y maldijo a los árboles egoístas
que no le dejaron talar su madera diciendo: “Tú reinarás desde
hoy sobre los grandes, porque siendo pequeño a tu sombra encuentro
protección y abrigo, y si alguna vez los grandes te amenazan serás
como la zarza ardiente que todo lo devora”.
Cuando
el fraile murió junto a sus libros, ocurrió que los espinos de su
choza echaron brotes, crecieron y cubrieron su cuerpo como un
mausoleo, sepultando al sabio fraile y sus libros. Luego se
extendieron por el monte, dando nombre al río Espinoso.
Desde
entonces, las gentes de la comarca cortan ramitas de espino,
considerado milagroso contra todo tipo de males, especialmente contra
el reuma, y el fraile es considerado santidad.
Es
curioso como en esta leyenda aparecen unos espíritus malos que viven
en los árboles, haciendo relación a seres como los duendes ,
arraigados al igual que muchos seres mágicos en la unión de los
pueblos con la naturaleza.
Por
otro lado, el uso como protagonista de la zarza y el espino, muy
utilizado en relatos; al ser la planta utilizada en la Pasión de
Cristo, se le une un carácter mágico y sagrado, al cual se les
consideran milagrosos y muy eficaz contra el “reuma”, y al mismo
tiempo explica la procedencia del nombre del río Espinoso.
También
tenemos la presencia de libros, en esta ocasión mágicos o con
poderes especiales que le otorgan la santidad al monje, no podemos
olvidar que los templarios y su acompañamiento de libros, los
envolvía de un halo de misterio apreciable en otras leyendas, e
incluso en los testimonios de testigos durante la causa seguida
contra la orden.
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