15 de abril de 2020

Mujeres En La Orden De Santiago


   Bienvenidos iniciados, desde sus comienzos contó en sus filas con mujeres, sobre ellas hablaremos a continuación...




     Fue la única Orden Peninsular que desde su inicio contó con mujeres, posiblemente el ingreso de gran número de mujeres se debió a la posibilidad de poder contraer matrimonio aceptando el voto de castidad conyugal.
     “se ofrecía la posibilidad de una vida espiritual laica, sin necesidad de ingresar en un Monasterio”. Religiosidad femenina en la Edad Media. Mujeres en las Ordenes Militares: freilas Santiaguistas. Mª del Pilar Calzado Sobrino.


Aún así, les estaban vetadas o prohibidas:
    • La participación militar activa.
    • Asumir funciones propias de los clérigos.



     La Orden les permitía llevar una vida religiosa y familiar conjuntas, denominándose “freilas seculares”, sin embargo, aquellas que decidieron con posterioridad, es decir, en el momento que se conformaron los conventos de la Orden, ingresar en ellos, se les denominó “freilas conventuales”.
     Normalmente las seculares tenían algún tipo de parentesco con los freiles.
     Las freilas estaban obligadas a aceptar tres votos:
Obediencia: A la Comendadora, al Maestre y a la Regla de Santiago.
Pobreza: Entre comillas, ya que podían gestionar el usufructo de sus bienes, y tras su muerte sería heredado por sus hijos.
Castidad Conyugal.

     “Todos los freiles y freilas que no se habían ordenado podían solicitar al maestre la licencia para casarse. Si no lo hacían, bastaba con permanecer célibes (castidad simple)”. Religiosidad femenina en la Edad Media. Mujeres en las Ordenes Militares: freilas Santiaguistas. Mª del Pilar Calzado Sobrino.

     Llegar a los 15 Años.
     
     Las niñas que se educaban dentro de los Monasterios de la Orden tenían la opción de decidir si querían tomar o no el hábito cuando cumplían los 15 años.
     Aquellas que decidían tomarlo se convertían en “novicias”, durante este tiempo debían estudiar la Regla de la Orden y rezos, supervisadas por una freila más antigua, a cambio, el Monasterio se encargaba de su manutención.


     Si finalmente decidían seguir adelante, profesaban para freilas.
     La Orden intentaba que las mujeres dentro de las familias que conformaban la Orden se quedasen en ella, sin embargo, no todas tomaron esta opción.

     La Regla de la Orden.
     Al igual que pasara con otras Ordenes, la Regla Primitiva iría sufriendo modificaciones a medida que las circunstancias lo requería, conociéndose 4 modificaciones o re ediciones:

Regla Primitiva:1170, muestran a la mujer como miembro de la Orden, debiendo elegir entre el matrimonio o el celibato; en un primer momento no se contempla la obligatoriedad de que deban ser familiares de los freiles.
Regla: 1175, aprobada por el Papa Alejandro III a través de la Bula “Benedictus Deus”; aquí muestran interés porque las mujeres que conforman la familia de los freiles se integren en la Orden.
Re edición en lengua romance: S.XIII.
Regla Latina: S.XV.


     Hay que tener en cuenta que aunque la mujer formase parte de la Orden desde sus comienzos, las Reglas que se conocían estaban diseñadas para las funciones que el hombre debía cumplir dentro de la Orden, esto hizo que se tuviera que hacer una adaptación femenina de la misma, reconociendo que la mujer no ocuparía puestos relevantes.

     En sus comienzos:
     “La versión extensa de la Regla determina que las freilas casadas habrán de morar junto a las que no estaban en los periodos en que no podían convivir con sus maridos, y aunque el texto no especifica la condición célibe de las mujeres no casadas, es improbable que todas ellas fuesen viudas”. Las Ordenes Militares Hispánicas en la Edad Media (S.XII-XV). Carlos de Ayala Martínez.
     Sin embargo, las viudas podían volver a casarse bajo la autorización del maestre, en caso contrario, podían permanecer en el Monasterio femenino que le correspondiera ocupándose de sus hijos y de los demás hasta que cumpliesen 15 años.

     “las esposas de los freiles de la Orden de Santiago podían pertenecer a la misma, se impuso la necesidad de acoger en el seno de la Milicia santiaguista a las mujeres, que de forma paralela a los freiles clérigos, manifestaron su deseo de ingresar en la Orden como religiosas, con votos de obediencia, castidad y pobreza”. Las Ordenes Militares en el Mediterráneo Occidental (S:XIII-XVIII). Casa de Velázquez. Instituto de Estudios Manchegos.

   

     Los matrimonios debían separarse durante la Cuaresma, de manera que se instalarían en conventos diferentes.
     En el caso de las hijas de los freiles, la Orden se comprometía a protegerlas y asistirlas si el padre resultara muerto.
  





   Sería en el Capítulo General de la Orden de Ocaña celebrado en 1480 cuando se produce esta adaptación femenina o mas bien esterilización femenina: “Se sustituyó el voto de castidad conyugal (que permitía casarse a las freilas) por el voto de castidad perpetua, se prohibió que las viudas de los freiles pudiesen volver a casarse”; “la eliminación de la posibilidad de no asistir al rezo de las horas canónicas. Se separó definitivamente el rito de la toma de hábito del de profesión. La novicia debía pasar un año de “probación” entre la toma del hábito y la profesión de votos”. Religiosidad femenina en la Edad Media. Mujeres en las Ordenes Militares: freilas Santiaguistas. Mª del Pilar Calzado Sobrino.

     Terminarían por ser tratadas como monjas, viviendo en clausura, pasando de ser comunidades abiertas a vivir encerradas literalmente hablando, perdiéndose sus dos funciones primitivas:
    • Educar a las hijas de los freiles.
    • Acoger a las freilas seculares.

     Prioras o Comendadoras.



     En sus comienzos, su autoridad era de tipo espiritual y doméstico, fue el único cargo dentro de la Orden que se les permitió ejercer a las freilas, es decir, no pudieron acceder a cargos como Maestre, visitador..., ni acceso al Capítulo General de la Orden.







  

   Comendador: Recibía la encomienda de un dominio, castillo, población..., para protegerlo o defenderlo. A cambio del amparo brindado, percibía rentas de los impuestos de la encomienda. El cargo de comendador solía recaer en un noble o caballero de una Orden Militar. En el caso de la Orden de Santiago, las freilas, cuando tenían dicha dignidad, solían gestionar encomiendas alejadas de los territorios de frontera, debido a su imposibilidad de defenderlas militarmente.
     Visitador: Era el religiosos encargado de inspeccionar algunas casas de su Orden o de dirigir a los religiosos de un determinado territorio.
     Capítulo General: Era una junta o asamblea en la que participaban los clérigos y los caballeros de la Orden, se encargaban de tratar los asuntos de mayor importancia, como la elección de cargos.

     Mas tarde se encargarían de la administración de las haciendas de sus conventos, que anteriormente eran llevadas por Comendadores; llegaron a tomar las riendas de las transacciones comerciales, este hecho nos indica que los Monasterios femeninos de la Orden, irían paulatinamente encargándose de su administración, desligándose del gobierno central de la Orden, eso si, supeditados cada cierto tiempo a un control regulado por freiles donde se estudiaban las cuentas, siendo todo reflejado en los llamados “Libros de visitas”.

     Gestión Patrimonial.

     Donaciones realizadas por los Matrimonios que ingresaban en la Orden, como en otras Ordenes hacían entrega de sus bienes con la diferencia que podían beneficiarse de su usufructo mientras viviese.
     Donaciones de bienes realizadas por Mujeres a cambio de que la Orden pagase su sustento.


     Otra opción de aumentar el patrimonio sería la fundación de Monasterios, Conventos femeninos de la Orden por parte de nobles y algunas reinas, ya que solían venir acompañadas de buenas donaciones y privilegios, aún mayores si ingresaba alguna hija o hermana de reyes.





     No sería hasta el S.XIV cuando se produce un menor número de donaciones, este hecho se solventaría a través de exigir una dote a cada nuevo ingreso en alguna de sus comunidades.

     Recordar que el voto de “pobreza” entre estas freilas no se llevaba a cabo, ya que podían gestionar el usufructo de sus bienes bajo consentimiento de su comendadora, esto le convenía a la comunidad, ya que tras su muerte, estos bienes pasarían a la Orden.
     Aumentaron y enriquecieron su dominio territorial mediante donaciones tanto directas como indirectas al convento, es decir, en aquellos casos en los que las donaciones hacían referencia a bienes cerca del convento, el Maestre les otorgaba se hicieran cargo mediante la explotación territorial, entre ellas:

     “Explotación alodial, ceder la tenencia de la tierra a los habitantes de los lugares sobre los que las freilas tuvieran jurisdicción, estos trabajaban la tierra y obtenían el beneficio, pagando al convento por ellos unos derechos señoriales.
Explotación directa, conservaban la propiedad directa de la tierra, que solían explotar mediante arrendamiento y *censos.Religiosidad femenina en la Edad Media. Mujeres en las Ordenes Militares: freilas Santiaguistas. Mª del Pilar Calzado Sobrino.

     Asimismo, el impuesto del *diezmo, que normalmente era cobrado por la Iglesia, en este caso, las freilas lo cobraban íntegramente, de manera que no pasaba por la Orden.

     Otro dato a tener en cuenta es el derecho de sus hijos a la Herencia de sus padres, se mantendría así hasta el S.XIV, cuando se legisló la diferencia o separación entre: Bienes entregados a la comunidad, los cuales pertenecía a la Orden y los que debían heredar sus hijos que sería los Bienes Patrimoniales.

     Vestimenta.
     Tanto hombres como mujeres, casados o religiosos vestían igual.
     Estaban prohibidos los tejidos lujosos y los colores llamativos; las freilas usaban tocados.
     Su insignia debía estar bordada en rojo:
                Capa: En la parte izquierda a la altura del pecho.
                Túnica: En el centro del pecho.

     Sería en el año 1485 cuando se introduce que a excepción de los religiosos, se puede añadir a la ropa elementos de lujo; sin embargo, serían las freilas quienes harían sus vestimentas más austeras, bajando la calidad de sus tejidos, haciéndolos más anchos y discretos.

     Ayunos.

     A diferencia de las demás Ordenes que mantenían el ayuno como parte primordial de su fortalecimiento espiritual, la Orden de Santiago nunca lo llevó a cabo, al contrario, el consumo de carne era habitual.
     Como ocurre en las demás ordenes, serían las ancianas, las que recibían mayor cantidad de comida, sin embargo, también se añadirían las de mayores cargos y más antiguas, como conclusión, todas comían bien.

     Jerarquización.

     PATRONA.
Protege y gestiona el Patrimonio del Monasterio.
Mujeres de la Monarquía.
Sin relación con la Orden, Regla, Clausura.

     COMENDADORA.
Poder espiritual de la abadesa.
Elegida por la Comunidad.
Gestiona y gobierna el Patrimonio.
Nombra a intermediarios masculinos.

     SUBCOMENDADORA.

     ADMINISTRADORAS.                            ARQUERAS.
Gobiernan y administran por un tiempo.        Cuentas: Gastos –                                                                                          Ingresos.

     CLAVERA Y DESPENSERA                  COCINERA.

     CONSILIARIAS                                    CORRECTORA.
Consejeras de la Comendadora.               Rezos comprensibles para                                                                            la Comunidad.
     HEBDOMADARIA                                LECTORA.
Oficiaba el coro.
     MAESTRA DE NOVICIAS                  MAYORDOMA.
                                                           Proveer: Comedor y Cocina.

     PORTERA
Vivía en una casa junto al Monasterio.

     PROVISORA                                             REFITOLERA.
Aprovisionaba: Bodega, Cocina, Ropero... Organizaba el refectorio.

     SACRISTANA                                              VICARIA.
                                                                  Hacía cumplir la Regla.


     Conventos – Monasterios Femeninos.

     La creación de los conventos de las freilas de la Orden de Santiago se debió en gran parte a la partida a Campaña Militar de los hombres, sirviendo de refugio o acogida de sus esposas e hijos.
     Su función:
    • Educar a las hijas de los miembros de la Orden hasta que cumpliesen 15 años, momento que debían decidir si tomaban o no el hábito.
    • Dedicarse al oficio divino.
    • Acoger a las esposas y viudas de freiles.

     En ellos se educaban a las hijas a escribir y leer, cantar o rezar la liturgia, sin tener en cuenta su opción cuando llegara a cumplir 15 años, un dato importante es el hecho de que los libros litúrgicos estaban escritos en latín, lo que confirma el conocimiento de esta lengua por parte de algunas freilas.

     Convento Santa Eufemia de Cozollos – Palencia.


     Según un documento del año 946, este convento se edificaría sobre un asentamiento monástico anterior denominado Monasterio de San Cosme y San Adrián de Cozuelos.
     En 1100 pasó a depender del cabildo catedralicio de Burgos, añadiéndose a su nombre la advocación de San Eufemia, siendo su comunidad masculina.
     Alfonso VIII de Castilla realizaría en 1186 un trueque con el Obispo de Burgos, le entrega el Monasterio de San pedro de Cervatos a cambio de Santa Eufemia.
     Posteriormente el rey hace entrega del mismo al Maestre de la Orden de Santiago Sancho Fernández, fundándose el convento: “Si principalmente para habitaciones de monjas, para reclusión juntamente de los caballeros freires desta inclita milicia, que de su voluntad eligieron vivir en continencia”. Las Ordenes Militares en el Mediterráneo Occidental (S:XIII-XVIII). Casa de Velázquez. Instituto de Estudios Manchegos; de aquí que se hablara de él como un convento doble (femenino y masculino).

     Su primera Comendadora fue elegida en 1195.
     Sería a finales del S.XV cuando la comunidad sería trasladada a Toledo.



     En este convento estuvo hasta su muerte Doña Sancha Alfonso, hermanastra del rey Fernando III “el santo”, igualmente se observa que la mayoría de sus freilas procedían de la nobleza.






     Convento San Vicente de Junqueras – Gerona.

 
   Fundado en 1212 por varias damas de la nobleza catalana apoyadas por el Obispo de Barcelona.
     A mediados de siglo se traslada a las afueras de Barcelona, para en 1300 ubicarse de nuevo cerca de las murallas de la capital, dependiendo de la Encomienda Mayor de Montalbán.

     

     Convento – Monasterio de San Pedro de Pieda – Lérida.

     Fundado en 1260 por una noble catalana, Doña Costanza de Anglesola.
     Desaparecería en 1342, trasladándose sus freilas y sus bienes ala Monasterio de Junqueras en Gerona.

     Convento en Destriana – León.

     Aquí residieron una comunidad de monjas durante la segunda mitad del S.XIII.




  Convento de Sancti Spiritus – Salamanca.

 
   Alfonso IX dona en 1223 a la Orden de Santiago la Iglesia de Sancti Spiritus más sus barrios para su repoblación, sería en 1268 cuando se llega a un acuerdo de mutua donación para la creación del convento entre el Maestre Pelay Pérez Correa y el matrimonio formado por Martín Alfonso (hijo de Alfonso IX de León) y Mª Méndez.
      Este convento aumentó su patrimonio, privilegios y autonomía gracias a la protección por parte de la realeza.
     En 1274 consigue un privilegio otorgado por el Maestre Pelay, donde les concede la ausencia de control de un comendador masculino, así como la propia elección de su comendadora, asimismo la no intervención de los maestres, ejerciendo sólo el derecho de visita.

     Existe un documento fechado en 1290 donde se le otorga el carácter plenamente femenino del convento: “ante las injerencias del maestre Pedro Fernández, las monjas recurren al rey Sancho IV que confirma y da validez a los privilegios otorgados durante el mandato de Pelay Pérez y que se resumen en dos: Sancti Spiritus será regido por una comendadora allí elegida y los maestres no intervendrán en la vida de la comunidad en la que sólo ejercerán el derecho de visita”. El monasterio femenino de Sancti Spiritus de Salamanca. Mª Echániz Sans.

     Según refiere Manuel Villar y Macías, posiblemente las primeras mujeres que integraron este convento, serían un grupo de mujeres de caballeros que mientras sus maridos estaban en campaña militar, ellas se retiraban a la Ermita de Santa Ana, aquellas que quedaban viudas mantendrían una vida religiosa.

     Convento Madre de Dios – Granada.

     La reina Isabel hizo en 1501 un voto de edificar un convento en la última población que reconquistase, denominándola: Real Casa de la Madre de Dios, de la Orden de Caballería de Santiago de España.

     Convento Santos – O – Velho – Lisboa.
     Convento San Mateo – Avila.
Bibliografía:
Las Instituciones Religiosas Femeninas. Mª Isabel de Valdivieso.



Mujeres con Poder en la Edad Media: Las Ordenes Militares. Palmira Peláez Fernández. Cuadernos de Estudios Manchegos 2009.






Las Ordenes Militares Hispánicas en la Edad Media: (S.XII-XV). Carlos de Ayala Martínez.




La Sociedad Medieval. R. Fossier



Las Ordenes Militares en el Mediterráneo Occidental (S:XIII-XVIII). Casa de Velázquez. Instituto de estudios Manchegos.






Las Encomiendas Gallegas de la Orden Militar de San Juan de Jerusalén. Isidro García Tato.







El Monasterio Femenino de Sacti Spiritus de Salamanca. Mª Echániz Sans.








Mundos Medievales. Espacios, Sociedades y Poder.







Caballeros de Cristo.... Alain Demurger.






Religiosidad Femenina en la Edad Media. Mujeres en las Ordenes Militares: freilas Santiaguistas. Mª del Pilar Calzado Sobrino.


La Mujer en la Edad Media. Ricardo Walter Corleto.








Historia de las Ordenes de Caballería, que han existido, y existen en España. D.M. D. Iñigo y Miera y D.S. Costanzo.

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