Bienvenidos
iniciados, admitidas en la Orden,cambiarían
el carácter militar por el espiritual....
A
diferencia de la Orden de Santiago, es curioso la poca información
que existe sobre el papel de la mujer en la
Orden de Calatrava, de
manera que expondré lo encontrado y como hago cada cierto tiempo, iré actualizando si puedo acceder a más información.
En
el caso de las órdenes ibéricas, las mujeres tendrían un “lugar”
dentro de las mismas, formarían parte de su estructura, eso sí,
controlado como siempre por el Maestre y sus guías espirituales; el
Maestre controlaría las nuevas admisiones, autorizaría a la abadesa
en cuanto a permisos o gestiones (legales, económicas...), incluso presidiría cada 3 años la elección de la nueva abadesa.
A
diferencia de los hombres, las mujeres cambiarían el carácter
militar de la orden por el espiritual, ya que serían aceptadas como
freiras conventuales.
Condiciones
de Ingreso.
La dote principal para
ingresar en los conventos consistía en 1.000 ducados, aunque dicha
cantidad se rebajaría en aquellos momentos que los conventos
necesitaban mejorar económicamente.
“Yten, establecemos
que las monjas de velo que en él ovieren de recibir, sean nobles y
generosas, e en quienes concurran las calidades que por nuestra santa
orden se requieren en los cavaiieros della, pero que las freilas
sirvientes que puedan ser recebidas aunque en ellas no concurran las
sobredichas calidades, con que no sean conversas ni de linaje de
conversos, y porque esto se guarde, ordenamos y mandamos que de las
que se ovieren de reqebir por monjas e freilas se tome primeramente
información plenaria de sus calidades, según y por la manera que
está mandado e se mandare que se tomen en los cavalleros que an de
ser resebidos al ávito”.
Capítulo General de 1600:
“En el Difinitorio del año de 1600 fue tratado sobre las Cruzes
de esta Ordeii, que traen por insignia las Monjas y Freylas de los
monasterios de San Felices de Burgos y San Salvador de Piuilla, y que
no liaziéndoseles informaciones de la limpiesa de sus linages, como
se les hazían, era muy grande inconveniente traer las dichas Cruzes:
y aviendo tratado largamente sobre esto, fue ordenado, que las
monjas, y Freylas, que de presente estavan en los dichos monasterios,
traxesen sus ábitos, y Cruzes, como las traen, y que a las Monjas, o
Freylas, que de allí adelante huviessen de recibir el ábito en
qualquiera de los dichos Monasterios, se les liiziesen informaciones
de Chistianas viejas, limpias de rara de Iudío, y moro, y assi lo
mandamos, y ordenamos, y si no tuvieren las dichas calidades, no sean
recibidas al Abito”.
“Y
por quuanto las Monjas de esta Orden del Monasterio de la Asunción
de la villa de Almagro, conforma a su institución, han de tener las
calidades que los Cavalleros de la Orden. Declaramos, no ser nuestra
intención hazer mudanqa en sir Estatuto, antes Ordenamos que en
quanto a ellas se quede en su fuerza y vigor la difinición de los
Capítulos passados de Toledo y Madrid, y que las que huvieren de res
recibidas para Monjas en el dicho Monasterio, sean Hijasdalgo de
padre, y madre solamente, y que las abuelas de entrambas partes baste
ser Christianas viejas, sin raza de Judío, Moro ni Herege”.
Las
religiosas del hábito de Calatrava en el S.XVI. Francisco Fernández.
Vida
de las Hermanas.
A continuación detallaré
unas Normas sacadas de la Constitución del Monasterio de la Asunción
de Almagro.
Debían realizar sus horas
y servicios religiosos siguiendo la regla benedictina.
Diariamente estaban
obligadas a celebrar una misa de requiem
por el alma del fundador.
Eran atendidas
espiritualmente por capellanes, los cuales también tenían sus normas, aunque vivían en el mismo monasterio, no podían
comunicarse con ellas, vivir en edificio aparte, y sólo podían
entrar en el caso de tener que administrar la extrema unción a una
hermana, aún si se diera este caso, estaría acompañado de otro
capellán, la abadesa y tres hermanas, nunca sólo; aún así, las
hermanas llevarían velo para taparse la cara y
prohibido dirigirle la palabra.
Una vez que entraba
como monja, no se le permitía salir, ni siquiera el rey podía darle
licencia.
Se comunicaban
con el exterior a través de una doble verja de malla,
y con su velo sobre la cara.
La entrada al
convento, a parte del médico, solo estaba permitida
una o dos veces al año al rey y a los comendadores
que le acompañaran, eso sí, serían los más ancianos y virtuosos.
El día que el visitador
junto al escribano auditara el convento, debían
hacerlo en una habitación aparte donde revisarían las cuentas, las
hermanas se reunirían en una sala aparte por si fueran llamadas
individualmente.
Como hemos visto, estas
normas forman parte de la Constitución de la
Asunción de Almagro, que se convirtió en Convento
de Clausura siguiendo uno de los principales objetivos tras
la reforma de las comunidades religiosas que podemos leer en: Mujeres
en las Ordenes Militares, esto no quiere decir que todos los
conventos-monasterios femeninos aceptaran de buena gana dicha
reforma, como es el caso de San Felices de Amaya, que conseguiría
independizarse del control del comandante de la propia orden, y al
igual pasaría con otras ordenes militares.
Sin embargo, tal
independencia o “rebelión” sería tarde o temprano castigada.
Castigo.
Hemos
mencionado antes que las hermanas no podían
hablar con el
capellán,
en caso que lo hiciera, el castigo que recibían era:
La primera vez: Bajo pena
grave.
La segunda vez: Reclusión
por un año.
La tercera vez: A pan y
agua.
La
clausura
era uno de los principales objetivos dentro de las reformas de la
Orden de Calatrava, las salidas sin permiso o licencia eran algo
habitual, sin embargo, sería tras el Capítulo
General
celebrado en Burgos
en 1523
cuando se tome la decisión de aplicar medidas correctoras, las
hermanas debían volver a adoptar la Regla Benedictina, en la que la
mujer debe estar encerrada y alejada del mundo exterior.
Para ello, en caso que los
visitadores pensaran que la superiora del convento estaba cometiendo
alguna/s falta/s, podría suspenderla en el momento, tal efecto se
llevaría a cabo en 1536 en San Salvador de Pinilla, 1541 en San
Felices y 1547 en Asunción de Almagro.
En el caso que la falta
fuese cometida por una hermana sin cargo, su castigo podía pasar
desde el traslado a otro monasterio, casa de la orden o del Císter,
mejor alejada de la tentación.
Como podemos ver, siempre
sería el hombre quien tomara la decisión final del culpar, castigar
y porque no?, humillar a la mujer.
Conventos Femeninos.
A finales del S.XV,
los Reyes Católicos accederían al control del maestrazgo de la
Orden de Calatrava, haciéndose cargo de los dos únicos cenobios
femeninos que mantenía la orden: San Salvador de Pinilla y San
Felices de Amaya.
San Felices de Amaya
– Burgos.
Sería el Primer
Cenobio Femenino de la Orden de Calatrava, como fecha de su
fundación se tiene 1219, pero al parecer: “las
hermanas entraron en un complejo ya construido, una “casa” de la
orden, es decir, una comandancia”.
Ordenes
militares hispanas y la economía cisterciense. Ghristain Banry.
San
Felices habría sido donado por Alfonso
VIII,
rey de Castilla en 1188,
apareciendo como monasterio, de manera que ya había albergado una
comunidad religiosa anteriormente, dicha donación estaba acompañada
de una granja y sus pobladores.
En
1220,
ya estando en manos calatravas y al ser considerado una abadía,
requería la representación de una abadesa, quedando atestiguada su
existencia este mismo año, al mismo tiempo se firmaría un acuerdo
entre el Maestre y la primera abadesa del monasterio: “por
el que se acordaba que en éste se daría cobijo a las mujeres e
hijas de los caballeros, así como la admisión de otras mujeres que
sin vinculación con la orden militar sintiera atracción por ella”.
Mujeres con poder en la Edad Media: Las ordenes
militares. Palmira Peláez.
Y por otro lado la orden
les adjudicaría una pensión , eso sí, sería la que
la orden estipulara conveniente, ya que aunque en sus principios el
maestre se brindara a apoyarlas, cuidarlas y protegerlas, existen
evidencias de dicho compromiso hasta el año 1287, a
partir de aquí tuvieron que ingeniárselas para mantenerse y
sobrevivir con lo que tenían a su alcance.
Se sabe que en 1491
seguían manteniendo una granja de ovejas, y que la riqueza de la
abadía se basaría principalmente en las tierras de cereales,
viñedos y la pesca.
Mecenazgo.
En sus comienzos, los
activos que necesitó la comunidad fueron dotados por parte de la
orden y otra parte por unos particulares: Don García Gutierrez y Mª
Suarez.
Entre las donaciones se
encontraban una reserva, unas tenencias ubicadas en Quintanilla de
Ríofresno, además de otras villas provenientes del patrimonio de Mª
Suarez.
Dicho matrimonio no tenía
hijos, de forma que tras sus muertes, y no tener herederos que
siguieran con su mecenazgo, San Felices comenzaría a notar dichas
ausencias; sería en 1253 cuando dos damas de la
familia Castro: Leonor González y su hija Leonor Rodríguez
retomaran el patrocinio; durante el tiempo que permanecieron (unos 30
años), el monasterio conseguiría expandirse, y al mismo tiempo
independizarse del control del Comandante de la orden.
Sin olvidarnos que estas
damas al pertenecer a familias ricas, contaban de gran importancia
política, lo que permitiría a la comunidad beneficiarse de
privilegios y favores por parte de la realeza.
Sin embargo, todo lo
positivo tiene un negativo, esta estrecha unión entre el
patrocinador (linaje familiar) con el monasterio, hacia que otros
posibles benefactores se retiraran, de manera que al morir en 1286
Leonor Rodríguez, unido a guerras políticas de los Castro con otra
familia, perdieran o mas bien, se cortara dicho mecenazgo.
“muestra la
importancia del papel de los jefes como protectores y la influencia
de la coyuntura política en los ciclos económicos de las
instituciones”. Ordenes
militares hispanas y la economía cisterciense. Ghristain Banry.
“En 1568 tuvieron que
mudarse a la capital por orden del rey Felipe II. Durante más de 10
años vivieron en el instituto López de Mendoza, hasta que el
Monasterio de San Felices de la Plaza Vega estuvo terminado. Sin
embargo, debido al desarrollo urbanístico de la ciudad, la comunidad
comenzó su andadura por distintos lugares de la capital. Finalmente
en 1980 se inauguró el convento en que actualmente viven”.
Www.declausura.org
San Salvador de
Pinilla – Guadalajara.
Su fundación se debería a
Rodrigo Fernández de Atienza, su esposa, su hermano y su hermana en
el año 1218 para una comunidad de monjas cistercienses
procedentes de Valfermoso de las Monjas (Guadalajara), las cuales se
incorporarían a la Orden de Calatrava en 1262, sin
embargo, no obtendrían la plena integración hasta la época del
maestrazgo de Pedro Girón, entre los años 1445-46.
El monasterio estaría
ubicado en la finca familiar, acompañado de edificios y una
explotación agrícola con terrenos, viñas y jardines;
posteriormente se les donaría distintas propiedades: Torremocha y
Villanueva.
A. Herrera Casado sugiere
que desde finales del S.XIII, el monasterio no sólo se dedicó a la
contemplación, sino a la “tarea de formar jóvenes de la
pudiente sociedad medieval”.Las
ordenes militares hispánicas en la Edad Media: (S.XII-XV). Carlos de
Ayala.
Se beneficiarían de
donaciones y privilegios particulares, incluyendo a los Reyes
Fernando III “el Santo” en 1221 y Sancho IV en 1292.
Estuvo funcionando hasta
1576, siendo abandonado tras el Concilio de Trento, ya
que según su mandato los monasterios debían instalarse intramuros
de las ciudades,trasladándose la comunidad al convento de la
Concepción de Almonacid de Zorita, debido a la insalubridad y
extrema pobreza en la que la comunidad sobrevivía, fueron
trasladadas a Madrid en 1624.
En Madrid pasarían por
distintas ubicaciones: Calle Atocha, Calle Alcalá (actualmente se
encuentra la Iglesia de las Calatravas).
Durante la Primera
República serían trasladadas con las comendadoras de Santiago, no
sin antes derribar el convento de donde venían. “Allí las
aislaron y no dejaron que entrasen nuevas vocaciones, así que solo
quedaron dos monjas”.
Www.alfayomega.es
Rescatadas por los caballeros de la Orden de Calatrava,
serían llevadas en 1896 al convento de dominicos de Fuencarral.
Nuevamente sufrirían
varios traslados más hasta terminar donde se encuentran actualmente.
Decir que dos de sus
patrocinadoras o benefactoras serían la reina Mª Cristina y la
infanta Isabel.
Convento de la
Asunción de Almagro – Ciudad Real.
Su funcionamiento no
empezaría hasta el año 1543 bajo el mando de Doña
Inés Carrillo, quien junto a un número de monjas procedentes del
convento cisterciense San Clemente de Toledo, formarían la comunidad
conventual, siendo en este momento cuando se les hace entrega de los
bienes entregados en donación por Don García de Padilla.
Sería cedido a los
dominicos en 1903.
Convento de Santa Mª
de Jamilena – Jaén.
Mandado construir en 1523
por orden del Capítulo General, no llegaría a ser terminado; su
finalidad era concentrar aquí todas las monjas de los conventos
calatravos.
Actualmente.
A fecha de hoy, el
Convento de San Felices es llevado por la madre abadesa Juana
Tajadura, en la actualidad la relación del convento con la Orden de
Calatrava es más bien simbólica, según la madre abadesa “En
lo material, cada monasterio es independiente. Y en lo espiritual,
dependemos de la congregación de San Bernardo: somos cistercienses
calatravas”. Www.diariodeburgos.es
La comunidad está
conformada por 8 monjas, aunque en 1980 cuando se trasladaron a su
actual convento eran 16 calatravas.
Aquí las hermanas se
encargan de elaborar dulces en su obrador, los cuales venden, y también cuentan con una hospedería.
Esta congregación esta
formada por 9 monjas que viven en clausura.
Según su abadesa
Crescenta: “Siempre digo que somos más actuales que nunca,
porque lo cierto es que la fe se está perdiendo y orar es nuestra
misión. A nosotras la Iglesia no nos ha mandado cuidar enfermos, ni
niños, ni ancianos, ni tenemos una razón social, sino que nos
encomienda ocuparnos de la oración. Oramos por las necesidades del
mundo, y eso entronca con nuestra fundación, que en aquel momento
tuvo lugar por un motivo muy concreto, para que el cristianismo
floreciera y no fuese masacrado”.
Www.aquienlasierra.es
Bibliografía:
Las Instituciones
Religiosas Femeninas. Mª Isabel de Valdivieso.
Mujeres con Poder en la
Edad Media: Las Ordenes Militares. Palmira Peláez Fernández.
Cuadernos de Estudios Manchegos 2009.
Las Ordenes Militares
Hispánicas en la Edad Media: (S.XII-XV). Carlos de Ayala Martínez.
La Sociedad Medieval. R.
Fossier
Las Ordenes Militares en el
Mediterráneo Occidental (S:XIII-XVIII). Casa de Velázquez.
Instituto de estudios Manchegos.
Caballeros de Cristo....
Alain Demurger.
La Mujer en la Edad Media.
Ricardo Walter Corleto.
Historia de las Ordenes de
Caballería, que han existido, y existen en España. D.M. D. Iñigo y
Miera y D.S. Costanzo.
Las religiosas del hábito
de Calatrava en el S.XVI. Francisco Fernández.
Ordenes militares hispanas
y la economía cisterciense. Ghristain Banry.
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