Bienvenidos
iniciados, veremos como un grupo de mujeres no estarían dispuestas a
dar sus vidas sin luchar, y así lo hicieron....
Introducción.
Sobre
la verdadera existencia de la orden de la que hoy vamos a hablar, hay
quien no apuesta por ella, sólo tenemos algunos escritos, leyendas y
la tradición oral; soy de estas personas que piensan que todas las
leyendas y tradiciones tienen su parte de verdad, y que con el pasar
del tiempo se va transformando, exagerando o menospreciando los
detalles reales.
En
esta entrada reuniré la información encontrada, porque aunque sea
poca, quedará escrita y aportaré mi granito de arena para que no se
olvide el papel que las mujeres jugaron a lo largo de la historia.
La
Historia, Tradición o Leyenda.
Tras
la conquista de Tortosa por el Conde de Barcelona, Ramón Berenguer
IV en 1149, la ciudad queda en manos de sus habitantes,
y los musulmanes no tardarán en intentar conquistarla de nuevo.
Ponen
sitio a Tortosa, los habitantes pedirían ayuda al conde quien no se
la brindará, en este momento comprenderán que están solos.
No
tienen hombres suficientes para deferderla del próximo ataque, sin
embargo, una mujer llamada por la tradición Marina de Miravalle une
a las mujeres y las convence para que defiendan la ciudad.
Unidas,
que no serían pocas, ofrecen su ayuda al Consejo; a partir de aquí
lo que hicieron tiene varias versiones, pero las nombraremos todas,
porque de una u otra manera, su tenacidad, valor y coraje ayudaron a
conservar Tortosa, y cada versión tendrá su parte de verdad o no.
Se
dice que lucharon junto a los hombres, que se mantuvieron al final de
los grupos de soldados para dar volumen, que se colocaron en las
murallas para hacer pensar al enemigo que eran más de los que
pensaban, incluso que auxiliaron a los defensores; da igual, apoyaron
y estuvieron allí.
A
continuación os muestro como aparece narrado en el Semanario
Pintoresco Español 1846. Francisco Navarro – Villoslada:
“ Conquistada
que fué de los moros esta ciudad por el Conde D. Ramón Berenguer
IV, y ausentándose este Príncipe á la conquista de Lérida y
Praga, volvieron á sitiar los moros y la pusieron en tal apuro, que
resolvieron sus vecinos entregarla, haciendo lo que los Numancia y
Sagunto, que era quemar sus alhajas, matar las mugeres é hijos y
morir ellos peleando. Sabedoras de esto las mugeres, persuadieron á
sus maridos á que saliesen á dar contra los moros, que ellas entre
tanto defenderían los muros con todo género de armas y aturdirían
al enemigo con su estrépito. Salió felizmente el proyecto y
ahuyentaron al enemigo que de otra manera era imposible arredrar”.
¿Porqué
el nombre del hacha?.
Ramón
Berenguer IV fundaría la Orden Del Hacha como “agradecimiento”:
cuando volvió a Tortosa, seguía protegida por sus habitantes y
contaron lo que las mujeres hicieron, este fue su modo de
agradecerlo.
Sus
integrantes, todas mujeres, tendrían una serie de privilegios
y distinciones:
“una
de ellas era el preceder a los hombres y demás caballeros en muchos
actos y ceremonias públicas”. Diccionario
histórico enciclopédico 1830.Barcelona, Tomo III.
“la
facultad de heredar ciertas riquezas de sus maridos, facultad de
acudor a eventos públicos delante de sus novios y maridos, y de
sentarse a su derecha”.
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Algunos
historiadores no
la consideran Orden porque no se le dio Carta de Fundación, ni
Estatutos como se haría con toda Orden
Militar,
de manera que la consideran como Orden
Honorífica.
¿Matronas?.
En
el Diccionario histórico enciclopédico nombra que fueron las
matronas de Tortosa las que pelearon, y que solamente ellas
pertenecerían a dicha orden, nada más sobre ello he encontrado.
Divisa.
Llevada
desde el S.XII
hasta principios del S.XV.
“un
hacha de armas de carmesí o de grana sobre una vestidura hecha como
un escapulario, a la que dieron el nombre de pasatiempo que parecía
representar una sobrevesta militar”.
Semanario Pintoresco Español 1846. Francisco
Navarro – Villoslada.
“ un
hacha de paño colocada sobre un escapulario llamado el pensamiento ó
del pasatiempo, pendiente de una cinta de color de fuego, que
llevaban al lado izquierdo del pecho”.
Diccionario histórico enciclopédico
1830.Barcelona, Tomo III.
Al
parecer ya en el S.XII se podía encontrar en el cementerio antiguo
de Tortosa, sepulcros con la insignia esculpida.
También se puede encontrar
en una antigua piedra que se conserva en el Claustro de la Catedral
de Tortosa, donde se celebraban en el S.XIII las juntas del Consejo
General de la ciudad.
Bibliografía:
Diccionario histórico
enciclopédico 1830.Barcelona, Tomo III.
Semanario Pintoresco Español
1846. Francisco Navarro – Villoslada.
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