Su nacionalidad pudiera ser francesa o
incluso española, a mi parecer se tratan de dos personas distintas que
confluyeron en un mismo periodo de tiempo e incluso realizaron funciones
parecidas.
Según Thierry Leroy “… desde la Edad Media, la mayor parte de las familias Payen o Pagan
(versión occitana) de Francia se han disputado el privilegio de contar a este
Hugo entre sus ascendencia, e incluso adoptaron la cruz templaría en sus
escudos”.
Pero todas estas cuestiones no nos deben
cerrar las puertas a otros tantos motivos, como por ejemplo falsificaciones de
documentos, errores de escribas, cambios ortográficos del momento….
Durante la Edad Media no eran pocas las
veces que se recurría a inventar y falsificar todo tipo de documentos, sobre todo, aquellos relacionados con el patrimonio, nobleza familiar,
pertenencia a Orden Militar...; menciono este hecho porque sobre el tema que
vamos a hablar, también existen voces que apoyan la idea de una posible
falsificación en los documentos relacionados con la familia Pinós-Bagá, a la
hora de estudiar hay que ver todas las opciones posibles.
Hablaremos en primer lugar del conocido
como Hugo de Payns y posteriormente de Hugo de Pinós-Bagá.
Sería armado caballero antes del 1085-1090 cuando contaba con unos 15-20 años de edad.
La información existente siempre aparece relacionado con los Condes de Champaña, pero esta relación no es familiar o de parentesco, sino que éste Hugo acompaño a Hugo de Champaña como vasallo de confianza a Tierra Santa en el momento que se decide crear una expedición arqueológica con 8 caballeros + Hugo de Payns como el noveno caballero a la antigua mezquita Al-Aqsa en el monte del templo.
“Louise Charpentier ve muy seguro que este hombre debió acompañar al conde Hugo de Campaña en sus dos misteriosos viajes a Tierra Santa”.
Su vida puede rastrearse desde 1085 a 1113, a partir de aquí desaparece, para volver de nuevo entre los años 1118-19; “he aquí que un tipo llamado exactamente igual aparece con los primeros expedicionarios del Temple”. Los templarios y la palabra perdida. Mariano Fernández Urresti.
Se sabe que estuvo casado con Isabel, ella
contaba con entre 14-19 años y Hugo con unos 38-44 años, tras tener
descendencia ingresa en un convento como monja, algo muy habitual en aquellos
matrimonios de caballeros que quieren ingresar en el Temple, o que tras ser
aceptados deciden marchar a Tierra Santa sin ningún tipo de ataduras.
De tal unión nacería sobre 1108-1114
Thibaud, apareciendo en unas crónicas “Theobaldus
de Pahiens, filius primi magistri templi Jerosolymitani”, sería nombrado
abad de Sainte Colombe de Sens, posteriormente en 1146 marcha a las
Cruzadas cuando Bernardo de Claraval predicaba sobre ellas, a partir de este
momento no se sabe nada él.
Seguimos con Isabel, permanecería entre los muros del monasterio/convento hasta la muerte de Hugo, momento en que sale de su encierro en el año 1136.
La última mención a Hugo de Payns se hace sobre 1133-34 en un caso concerniente a la Encomienda de Mont-de-Soissons. Fallecería en 1136.
En una de las Crónicas del S.XII
escritas por Guillermo de Tiro, menciona entre los caballeros que se
presentaron al rey Balduino II a un tal “Hugo
de Paiens delez Troies”.
También podemos leer en algunos escritos que aparece reflejado como Hugo de Pagan, el cual no tiene nada que ver con el Hugo que nos compete, ya que “Pagan sería más bien un apodo que vendría a significar “Hugo de Payen”, derivado del patronímico Payen, muy de moda en los siglos XII y XIII, y como buen ejemplo se cita el nombre de otro de los nueves primeros templarios, Payen de Montdidier”. Los templarios y la palabra perdida. Mariano Fernández Urresti.
En unas actas del Condado de Troyes aparece
su nombre en un documento como Señor de Montigny donde al parecer tenía
dominios.
Hugo de Pinós –Bagá.
La Familia Pinós es un linaje de origen catalán, procedente del alto Bergadán, que ejerció el dominio de la Cerdaña y el Valle de Tosas durante el siglo XII. El primer miembro conocido fue Galcerán I (m. en 1131) manumisor de Raimundo Berenguer III. Galceran de Pinós trasladó su sede al castillo de Bagà.
El primer Pinós con título nobiliario fue Bernardo II Galcerán (m. en
1143).
La familia construye el castillo de Bagà en el siglo XIII y en el año 1233
funda la villa de Bagà. Galceran de Pinós y su mujer Esclaramonda trasladan su
sede al Castillo y conceden una carta de franquicia que va a favorecer el
poblamiento de la villa recién creada.
En 1740 se rompe la línea genealógica directa. La baronía pasó en
el siglo XVI a los Beaumont de Navarra y en el siglo XVII a la Casa de Alba,
concretamente al Conde de Lerín y Álvarez de Toledo, duque de Alba de Tormes.
La documentación de Bagà conservada en el Archivo de la Corona de Aragón
(ACA) es la que hasta 1936 se encontraba en el Archivo Histórico Municipal de
Bagà, donde fue catalogada por Serra Vilaró a principios del siglo XX. Estaban
reunidos en un mismo fondo libros notariales, municipales y de la corte baronial
de Pinós.
Este conjunto documental fue recogido durante la guerra civil y llevado
al Monasterio de Pedralbes. Al finalizar la contienda el Servicio de
Recuperación Bibliográfica y Documental lo entregó al Archivo de la Corona de
Aragón en el año 1940.
Información encontrada en el Portal de Archivos
Españoles. Ministerio de Cultura y Deporte.
Relación Directa entre la Familia Pinós y la Orden del Temple.
Esta relación la podemos encontrar en las distintas
donaciones que la familia Pinós realizó a la Orden, entre ellas:
–
En 1154
donaron una Casa que poseían en Lleida.
–
En 1170
donaron los Montes de Sitjá acompañándole las tierras entre Bagá, Saldes,
Tuixent, Sant Llorenc de Morunys, Montaña Peguera y Vallcebre.
–
Una de las condiciones
para ingresar en la Orden del Temple, debemos recordar que era entregar un
caballo y las armas que pertenecieran al caballero, en esta ocasión Arnau de
Pinós lo hace entregando su corcel y armas en 1179.
Manuscrito al Conde de Guimerá.
Encontrado por Rafael Alarcón Herrera en la
Biblioteca Nacional de Madrid, se trata de un manuscrito fechado en el año 1662, que dice:
“Declaración de la inscripción griega de
la cruz de San Esteban de Bagá, cabeza de las Baronías de Pinós, guion de la
Armada que tomó Tierra Santa, año de 1110. Don Hugo de Bagá, Primer Maestre del
Temple”.
En
él cuenta a modo de resumen, que durante la Primera Cruzada, en el contingente
catalán que seguía a Godofredo de Bouillón, se encontraban los hermanos Galcerán
y Hugo de Pinós, hijos del almirante de Catalunya y doña Berenguela de
Montcada.
La constitución de una cofradía formada
por caballeros para la protección de los peregrinos, los cuales serían alojados
en el Templo de Salomón, tomando el nombre de Caballeros del Templo.
Su Primer Maestre sería Hugo de Pinós,
noble catalán, cambiando su nombre por su tierra natal, Bagá.
Mención al Lignum Crucis de Bagá.
Hablo de esta reliquia porque está relacionada con la familia Pinós-Bagá, y mantiene mucha semejanza con las leyendas y simbología templaría: Cruzados, Tierra Santa, cautiverio, dualidad, milagro... Cuando lo leamos, entenderéis el significado de estas palabras....
La llegada de este Lignum Crucis a Bagá cuenta dos versiones:
La primera hace referencia a los hermanos Galcerán y Hugo de Pinós, estos caballeros catalanes unidos a otros tantos, fundan una cofradía en Palestina dedicada a la defensa y asistencia de los peregrinos.
Como agradecimiento a tal labor, el
Patriarca les regala el Lignum Crucis; pasado un tiempo, uno de estos
caballeros, más concretamente Galcerán decide volver a Bagá con la familia,
quedándose su hermano en Tierra Santa,
sería Galcerán quien portada la reliquia hasta la Península.
La segunda versión o más bien variante, tiene como protagonista al mismo Galcerán de Pinós, quien acudiría a combatir durante la conquista de Almería en 1147, cayendo prisionero y encarcelado, a la espera de la llegada de la recompensa pedida para su liberación, se encomiendan al Lignum Crucis, que milagrosamente libera al prisionero (en otros textos quienes obran el milagro son San Esteban y San Dionisio), digo milagrosamente porque el cautivo se encontraría las puertas de la prisión abierta, así como libre todo el camino de vuelta a casa.
Cuando llegó a Bagá, arrastraba sus
cadenas de cautivo, dichas cadenas se mantuvieron en la Iglesia de Bagá,
desapareciendo en 1936.
Como podemos observar, tanto en una versión
como en otra, la familia Pinós es la propietaria del Lignum Crucis, existe una
conexión entre los Pinós, la reliquia y los templarios, existe documentación en
la que aparecen muchas donaciones de propiedades por parte de la familia al
Temple desde casi sus comienzos, se baraja que era tal la relación existente,
que antes de la disolución de la Orden, entregaran el Lignum Crucis que se
custodiaba en la Encomienda de Vic a
la propia familia.
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