“Se dice que algunos caballeros, al ser torturados por la Inquisición,
manifestaban que la sola contemplación de este enigmático rostro era tan
insoportable que, al igual que el Grial, producía la muerte. Pero no se trataba
de una muerte física, sino de un fallecimiento iniciático que llevaría, si todo
se había desarrollado según los preceptos establecidos por la orden, a un
renacimiento”. La Mitología
Templaría. Jesús Ávila Granados.
En unas excavaciones
llevadas a cabo en la región de Murcia, se encontró
una piedra tallada, al llamar la atención unos surcos
que presentaba, se decidió que fuera tratada con rayos infrarrojos,
mostrando la forma de una calavera; tras su estudio se concretó que
se trataba de una piedra de río, el continuo y fricción de la
corriente del agua con los elementos habría pulido su superficie, en
algún momento determinado, alguien la encontró y la encontró
adecuada para tallar en ella con una herramienta puntiaguda unos
huecos a modo de ojos y una boca, dándole el actual aspecto de
calavera.
Es curioso, ya que distintos autores
afirman que los templarios solían llevar colgado en el cuello una pequeña
calavera a modo de Amuleto Protector, y que éste
amuleto también era utilizado por los Cátaros.
La pregunta sobre que es o
deja de ser sigue abierta, aquí os muestro algunas de las posibles
respuestas.
Una bolsa: Según
la teoría de A. Galera, todo caballero templario,
siguiendo la costumbre de los monjes llevaría consigo una pequeña
calavera tallada en piedra por ellos mismos, la transportarían
metida en una bolsa que colgaba de su cintura; de ello que “bafomet”
significaría “de bolsa”. Asimismo, también explica: " La máxima de todo soldado perteneciente a una orden de caballería era la de no temer en batalla ni al mismísimo diablo. Este era uno de los principales objetivos del Temple al crear el baphomet, acostumbrar a los caballeros jóvenes a la cara del diablo. Por derivaciones etimológicas, proviene del latín bapometa, que se desglosa de esta manera: Bap, prefijo de bautismo. Ometa: fin de la vida, muerte"
Deformación lingüística de Mahomet: Esta teoría la aporta Sylvestre
de Sacy, quien descubrió en un glosario del
S.XVIII el término para definir Mezquita como Bohomerid o
Bafomerías, siendo deformada en el Langedoc de “Bafometo” a
Mahomet.
Diosa Astarté: Si
seguimos a Albert Ollivier, lo relaciona con el Puerto
de Chipre: Bapho; antiguamente había en él un Templo a Astarté,
adorada en forma de piedra negra a la cual se le sacrificaba niños.
Puede ser que los templarios trajeran de aquí alguna cabeza o hueso
relacionándolo con la diosa.
Alquimia: Louis
Charpentier relaciona el Bafomet con la alquimia, es decir,
una unión de símbolos alquímicos, y que era utilizado por los
templarios como medio para meditar de manera colectiva sobre el
significado de dichos símbolos.
Bautismo de Fuego-Espíritu: Para Hammer
Piergastall, la palabra significaría “Bafé” = Bautismo y “Méteos” =
Iniciación, una especie del llamado “Bautismo de Fuego-Espíritu” de los
gnósticos. En Pentecostés, era cuando los templarios celebraban su fiesta
mayor, el día en el que el Espíritu Santo descendió sobre los Apóstoles en
forma de lengua de fuego, ellos celebraban el bautismo apostólico por el
Espíritu Santo, de manera que “transmite
un bautismo espiritual para los iniciados, pero no con agua, sino con fuego, el
baño ígneo que reemplazaba al bautismo con agua de los cristianos entre los
gnósticos”. La Mitología Templaría. Jesús Ávila
Granados.
Tintorero de la Luna:
Gerard de Séde nos muestra la traducción de la palabra
Bafomet a Baphens méte = Tintorero de la Luna; si le unimos la
expresión “in figuram baffometi” como “ a la manera de los
tintoreros de la Luna”, podemos relacionarla con una expresión
alquímica de aquellos que podían transformar la plata en oro:
Figura que da la solución para ejecutar la Obra Magna. ¿Podría ser
que los templarios tuvieran un colegio de alquimistas?. De manera que
aquellos iniciados y conocedores de tal figura, actuaran como simples
ignorantes cuando se les preguntaba por el bafomet en los
interrogatorios para la disolución del Temple.
Como veis hay donde elegir,
aunque realmente la pregunta es: ¿Llegaremos a saber algún día que
era el bafomet?, si realmente llegó a existir.
Durante la investigación
en Francia contra la Orden del Temple, una comisión se encargó de
buscar las adoradas cabezas.
Articulo 46 del acta de
acusación: Que en todas las provincias tenían ídolos, es
decir, cabezas en algunos casos con tres caras y en otros con una
sola, y se encontraban algunas de ellas que tenían un cráneo de
hombre.
Articulo 47: Que en
las juntas, y sobre todo en los grandes capítulos, adoraban al ídolo
tal y como si fuera Dios, como si fuera su Salvador, diciendo que
esta cabeza podía salvarles, que concedía a la Orden todas las
riquezas y que hacia florecer los árboles y germinar las plantas de
la tierra.
“[Aportaron]
una cabeza grande, hermosa, de plata dorada; era el rostro de una
mujer, que encerraba los huesos de una cabeza envueltos en un lienzo
blanco fino; un sudario (traje de tela fina o gasa de Siria) de color
rojizo, colocado encima, la recubría. Se leía esta palabra y este
nombre en una etiqueta: Capud LVIIIm. (cabeza 58m.). Esos huesos
parecían los de una pequeña cabeza de mujer y se decía que era la
cabeza de una de las once mil vírgenes”. El libro negro de los
templarios. Laurent de Vargas.
“El guardián y administrador de los bienes del
Temple en París, después de las detenciones, era un hombre del rey llamado
Guillaume Pidoye. Ante los inquisidores el 11 de mayo de 1308 declaró que en el
momento de la detención de los caballeros templarios él, junto con su colega
Guillaume de Gisors y un tal Raynier Bourdon, había recibido orden de presentar
a la inquisición todas las figuras de metal o madera que hubiesen encontrado.
Entre los bienes del Temple habían hallado una cabeza grande y plateada [sumamente bella y
constituyendo], la imagen de una mujer, que Guillaume, el 11 de mayo, presentó
ante la Inquisición. [Dentro había dos huesos de cabeza, envueltos en un paño
de lino blanco, con otro paño rojo a su alrededor La cabeza llevaba un rótulo:
CAPUT LVIIIm”. Los huesos de dentro eran los de una mujer más bien pequeña]”.
Cráneo
San Juan Bautista Cabeza Santa
Catalina
La cabeza en cuestión
formaba parte de tantas reliquias repartidas por el mundo, no eran mas que relicarios llamados "jefe", cabeza o busto de metal (plata) que servía de urna para guardar la cabeza o cráneo "incorrupto" de un sant@.
Para los templarios podían tener un doble sentido simbólico:
- Utilización de dichas reliquias como intercesores en sus vidas.
- Unión a las llamadas "cabezas de poder", es decir, creencias paganas antiguas en las que las cabezas eran personajes mitológicos, ya fuesen griegos, celtas... que se relacionaba con la fecundidad y fertilidad ligada a la Madre Tierra.
Buscando más información, me
topé con la explicación de Alfonso Daniel Fernández, me resultó interesante y
se encontraría dentro de una posible respuesta:
“Los cronistas comentan que el administrador del Temple en París, un tal
Guillaime Pidoye, declaraba en mayo en 1308 que una de las joyas requisadas a
los caballeros templarios era una cabeza de plata dorada, con rostro femenino.
Se trataba de un relicario que contenía los huesos de una mujer joven, quizás
pequeña, puede que una niña… llevaba una etiqueta con el siguiente lema CAPUT
LVIIIM”.
“m” representa, en realidad, al signo M,
que los astrónomos y alquimistas medievales utilizaban para referirse a la
constelación Virgo….“cabeza 58 m” o, “cabeza 58 virgen”, considerando que era
el osario de una virgen o mártir de aquella época.
“todos los
libros escritos en la lengua del Tíber, el latín, se dividen en distintos
apartados, ordenados sucesivamente, llamados Caput I, Caput II, Caput III...,
nuestros actuales capítulos. En este caso, CAPUT LVIII alude al Capítulo 58 de
un libro y, estando inscrita en una reliquia funeraria de carácter cristiano,
lo más lógico sería aducir que se tratará de un capítulo bíblico. Se da la
circunstancia de que en todas las Sagradas Escrituras sólo dos libros contienen
un capítulo LVIII: el Libro de los Salmos y el Libro del Profeta Isaías.
“salmo
LVIII, este capítulo sea obra del Rey
David. Sus versículos 11 y 12 podrían ser una sentencia salomónica, al más puro
estilo del ojo por ojo, presente ya en el Código de Hammurabi y extrapolado
luego a toda la literatura sapiencial de los hebreos: “Se alegrará el justo de
haber visto la venganza, sus pies bañará en la sangre del impío; y se dirá: “Sí
hay un fruto para el justo; sí, hay un Dios que juzga en la tierra”” (Sal.
58:11-12)., aluden a la venganza que
recibiría la persona que probablemente hubiese provocado su muerte., la presunta
“m” es, sencillamente, la cita de los versículos 11 y 12, completando la
referencia al salmo LVIII.”. El Temple y las
Cabezas Cortadas. Asociación Cultural Estudios Históricos de Galicia. Nalgures.
Otro lugar donde se quiere
asociar una figura con el bafomet, es el caso de aquellos demonios
alados, barbudos con cuernos que adornan determinados edificios, en
ocasiones edificios unidos al Temple.
Se ha demostrado que
algunos de estos demonios han sido añadidos tras restauraciones, o
incluso colocados en el lugar que ocupaba otra figura.
Simplemente añadir que
este trovador hace mención al bafomet en una de sus composiciones
fechadas en 1265, para más reseña en su “Ira
et Dolor”:
“[los
turcos] saben que cada día nos rebajarán, pues Dios duerme, el cual
velaba antaño, y baphomet manifiesta su poder y hace resplandecer al
sultán de Egipto.
Ningún
hombre que crea en Jesucristo permanecerá por mas tiempo, sí ello
le es posible, en este país, pues en el Monstier de Sainte se hará
la bafomería. (mezquita)”.
Nos debemos trasladar a
Flandes, al pueblo de Anzehem, donde en una vieja
iglesia templaria dedicada a San Juan Bautista, mantienen una cabeza
enganchada en un palo por donde se exhibe a los fieles, hecha de
madera y barbuda.
Se trata de un relicario
con huesos del cráneo de San Juan.
Según Maurice Magre,
durante una batalla entre los templarios y teutónicos contra los
hunos, en un momento en que perdían los primeros, se reagruparon y
mostraron una cabeza barbuda hundida en un palo, la derrota se
convirtió en victoria. Relato de Enrique de Silesia (formó parte de
la batalla).
No debemos olvidar el gran
culto que profesaban a San Juan Bautista, solo tenemos que observar
el nº de iglesias y ermitas bajo su advocación.
Según cuenta la leyenda:
La cabeza del Bautista sería enterrada y desenterrada varias veces
hasta terminar en Amiens, traída por Wallon de Sarton, un canónigo,
quien la encontró en 1204.
Una figura que representa
una cabeza barbuda con un aspecto no agradable se puede encontrar
representada en distintos sellos a lo largo de Inglaterra, Italia,
Francia y Alemania, incluido el sello del Maestre de Inglaterra.
¿Podría ser que el
llamado Bafomet fuese una reliquia, más concretamente la “cabeza
de San Juan Bautista”?.
Muchas preguntas, posibles
teorías, a cual más llamativa y respuestas para todos los gustos,
otro secreto más en el baúl de los templarios.
Bibliografía:
El
Temple y las Cabezas Cortadas. Asociación Cultural Estudios Históricos de
Galicia. Nalgures.
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