Bienvenidos
iniciados, trataremos del Laberinto dentro de las antiguas culturas
como espacio sagrado, hoy día visibles formando parte de catedrales
e incluso en rincones de iglesias...
Se encuentra estrechamente
unido al simbolismo del Centro, Centro que simboliza en
antiguas tradiciones el “espacio sagrado”, lugar de
renovación e inmortalidad.
Procedente de la palabra
griega “Labyrinthos”, el más conocido es el
laberinto de Cnosos (Creta), construido para recluir al Minotauro:
“Teseo,
el legendario héroe-salvador, sigue el camino que va de la
circunferencia al centro, guiado por el hilo dorado que le ha dado la
hermosa Ariadna para que recorra el laberinto sin perderse. En este
mito, Teseo representa al héroe masculino que, es ayudado por los
poderes femeninos de la sabiduría y la intuición, y ambos cooperan
para dar muerte al monstruo de naturaleza salvaje y sub-humana.
Ariadna representa el alma o psique, la cual proporciona el hilo
dorado que trae de vuelta al hombre sano y salvo después del
encuentro con la Bestia, que representa las fuerzas oscuras de la
naturaleza”. El Simbolismo.
J.C. Cooper.
Los más antiguos
construidos sobre tumbas, nos relacionan el laberinto con la muerte,
es decir, facilitaba el viaje del difunto hacia el Mas Allá.
Basílica
de San Reparato. Argelia
La representación más
antigua en una iglesia cristiana, la encontramos en la Basílica
de San Reparato en Orleansville (Argelia) del año 324 d.C.,
donde dispuesto en su centro se lee mas de 3.000 veces las palabras
“Sancta Ecclesia”; aunque podemos encontrarlos en
lugares donde se realizaron antiguos ritos: de fertilidad, de
iniciación, de muerte, de renacimiento...
Sin olvidarnos de la
posibilidad de que la ubicación de su construcción no fue elegida
por azar, sino que tiene un sentido, los lugares donde se colocan los
laberintos parecen estar rodeados de energía telúrica, energía que
la persona siente cuando anda descalzo sobre el mismo.
Con la cristianización, la
iglesia transformaría la simbología primitiva-pagana en un camino
hacia Dios, incluso un camino imaginario como peregrino a Tierra
Santa o Santiago de Compostela, denominándolos “recorridos”,
transformando las figuras de Teseo y el Minotauro en una alegoría de
lucha entre Jesús y el diablo.
Museo
arqueológico nacional de Napoles. Italia
Son una manera de
representar los obstáculos, pruebas y rodeos que deberá pasar el
ser humano a lo largo de su vida; y no podemos olvidarnos de hablar
de un lugar sagrado-pagano sin hacerlo de la Diosa-Madre,
hemos mencionado anteriormente que el laberinto se relacionaba con
rituales de fertilidad, fecundidad y prosperidad; añadiendo que
normalmente encontramos la imagen de una virgen negra acompañando
estos laberintos.
Laberinto
fachada San Martín.
Catedral
de Lucca. Italia.
Mide
49 cms, esculpido en un pilar de mármol, reza una inscripción en
latín:
“Este
es el laberinto que construyó el cretense Dédalo, del que nadie
logró salir una vez que hubo entrado, a excepción de Teseo. Y
tampoco él lo hubiera conseguido de no haber contado con el hilo que
Ariadna le entregó por amor...”.
Catedral
de Chartres. Francia
Podíamos
denominarlo como un circuito formado por 11 vueltas que nos conduce
sin ningún problema a su centro; contando con 16 m. de diámetro y
264 m. de recorrido.
Localizado en la nave
central, se solía recorrer descalzo a modo de peregrinación
iniciática.
El
laberinto sería conocido como “Camino de Jerusalén”
o “La legua de Jesús”, era recorrido de rodillas, considerado
una penintencia que llevaba a alcanzar tantas indulgencias como
peregrinar a Tierra Santa, alcanzando el Jerusalen celestial,
representado con un círculo, el propio cielo.
“La
legua de Jesús”: Una
legua es lo que recorrió Jesucristo con la cruz a cuesta hasta
llegar al Monte del Calvario, el tiempo invertido en realizar el
recorrido del laberinto es una hora, justamente el tiempo que se
tarda en andar una legua (unos 5km).
Centro
laberinto Catedral de Chartres.
Al
parecer aquí se encontraba una placa de bronce o cobre con una
representación del combate entre Teseo y el Minotauro, la cual fue
fundida en 1792 para la fabricación de cañones.
Laberinto
Catedral de Reims. Francia
Conocemos su forma a través
de grabados del S.XVIII ya que fue destruido, presentaba un octógono
central, flanqueado sus cuatro esquinas otros octógonos más
pequeños.
Una figura central
representaba al Obispo Humbert, y las cuatro figuras de las esquinas
colocadas dentro de los octógonos pequeños eran: Jean D'Orbais,
Jean Le Loup, Ganchier de Reims y Bernard de Soissons, arquitectos.
Laberinto
Catedral Amiens. Francia
Su laberinto llegó a ser
mayor que el de Chartres, destruido en 1825, sería reconstruido
posteriormente.
Lo comparan con el que se
encuentra en la Iglesia de San Quintín (Francia).
Amiens:
“observábase, en el centro, una gran losa en la que se había
incrustado una barra de oro y un semicírculo del mismo metal,
representando la salida del sol en el horizonte. Mas tarde, se
sustituyó el sol de oro por un sol de cobre, el cual despareció a
su vez, para no ser reemplazado”.
El misterio de las catedrales. Fulcanelli.
Actualmente presenta forma
octogonal con 10´3 m. de diámetro, en su centro otro octógono
donde se observa una cruz, cuatro ángeles y cuatro figuras: Obispo
Evrard, Robert de Luzarches, Thomas de Cormont y su hijo Regnault,
arquitectos de la catedral.
Laberinto
Basílica Saint Omer. Francia.
Este laberinto presenta
forma cuadrada de 6´6 m. por cada lado; a diferencia de los
anteriores, se observa una cruz en su interior.
Hemos mencionados los más
conocidos en catedrales, sin embargo, no debemos olvidar que también
podemos encontrarlos en mapas, sobre piedras o también en iglesias
en España, algunas de ellas relacionadas con el Temple, sin embargo
hasta el momento no he podido encontrar fotos des estos últimos
para exponerlas.
Laberinto
en el mapamundi de Hereford.
Laberintos
de Mogor. Pontevedra
Bibliografía:
- El misterio de las catedrales. Fulcanelli.
- Enciclopedia de los Símbolos. Udo Becker.
- Diccionario de Símbolos. Nerio Tello.
- La mitología templaría. Jesús Avila Granados.
- El Simbolismo. J.C. Cooper.
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