Bienvenidos
iniciados, monja templaría unida a seres de la naturaleza….
En la ermita de Arrazubi (Navarra) existe una
tumba en su exterior formando parte de la propia estructura de la ermita en la
que según la tradición de la zona, allí estuvo enterrada una monja templaría.
Tras la
disolución de la Orden del Temple esta hermana decidiría quedarse aquí
custodiando la imagen de Nuestra Señora del Temple, al igual que hizo Mª Toribio.
Su modo de
vida ermitaño, unida a su don de sanar hicieron que el pueblo la llamara Arpeko
saindua – la santa de la cueva, incluso fuera asimilada con el genio
femenino vasco llamado Mari.
Tras su muerte seguirían visitando su tumba y realizando rituales paganos como pasar toda la noche tumbada sobre la lápida aquellas mujeres que querían quedarse embarazadas, algo que solía hacerse en la antigüedad, las mujeres dormían toda la noche sobre losas de dólmenes para pedir fertilidad.
Se une la
Santa con la Fecundidad, incluso se le asocia la figura de un gran falo de
piedra al cual recurrían las mujeres mediante rezo y rociado de agua bendita, según
la tradición sería enterrado con la santa y posteriormente alguien profanó la sepultura y la sustrajo de la
misma.
De nuevo
tenemos a una hermana templaría unida a seres de la naturaleza, a la fecundidad
y protegiendo a la Madre Tierra.
Bibliografía:
La Estirpe de Lucifer. Rafael Alarcón.
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