Bienvenidos
iniciados, dentro de los santos relacionados con el Temple,
tenemos que hablar de este labrador y zahorí, convertido en Santo
Patrono de Madrid....
Nacería en Magerit el 4
de abril de 1082, el nombre sería elegido en honor al
arzobispo de Sevilla: Isidoro.
Durante 1083
hasta 1108, su vida transcurriría en su ciudad natal,
trabajando como labrador, aunque su profesión real era de zahorí,
es decir, localizaba aguas subterráneas y abría los pozos para su
posterior recogida, con la peculiaridad de que siempre se trataban de
aguas milagrosas y medicinales.
Su unión con la
naturaleza, el elemento acuático y la Madre Tierra, le provocaría
gran devoción por las Vírgenes Negras.
En 1108 marcha
junto a un grupo de personas hacia Torrelaguna a través de túneles
subterráneos, mientras tanto, los almorávides se apostan en el
Campo del Moro preparados para atacar y conquistar Magerit.
Colegiata
San Isidro el Real. Madrid
Seguiría trabajando como
labrador y zahorí hasta que en 1112 se casaría con Mª Toribia, más conocida como Santa Mª de la Cabeza, a partir de este
momento los milagros se multiplican a su alrededor: Atrae las
lluvias, las cosechas son abundantes, los animales paren y crían
sanos, incluso es capaz de crear manantiales y fuentes donde solo hay
piedras o el tronco de un árbol.
Tras el nacimiento de su
hijo Illán en 1119, que curiosamente está introducido
en el santoral como San Julián el Hospitalero; se trasladarían de
nuevo a Magerit donde cuidaría las tierras de Juan de Vargas.
Durante este tiempo,
reanuda su devoción por las diosas triviae o genios femeninos de las
fuentes: Ntra. Sña. De Atocha, Ntra. Sña. De la Almudena y Ntra.
Sña. De la Cabeza.
Al igual que pasa con su
esposa Mª Toribia, hay un periodo de tiempo que no existe
información, hasta que en 1140 cuando Illán ya es
mayor, deciden llevar una vida casta y devota, separándose, Mª
volvería a Torrelaguna donde se convertiría en camarera de Ntra.
Sña. En el Santuario de Ntra. Sña. De la Cabeza o La Piedad;
mientras Isidoro se queda en Magerit.
Cuando contaba con 90 años
cae muy enfermo, y es el momento en que vuelve a ver a Mª, quien
según dice la tradición, un ángel le comunicó la enfermedad de
Isidoro, visitándole la muerte el 30 noviembre 1172.
En un principio se dice que
procede de una deformación del nombre mozárabe: Ysidorus
– Isidoro, nombre muy utilizado entre los mozárabes,
ya que hacía referencia al santo Isidoro de Sevilla.
Sin embargo, es aún más
antiguo, remontándonos a la cristianización hispanorromana donde se
llamaba Isisdorus = “Adorador de Isis”,
latinizándose del griego como Isis – doron = “Don de
Isis”.
Sería una casualidad que
siendo Isis una Diosa Negra, sintieran
gran devoción por tres Vírgenes Negras y lo que
representaban, la Madre Tierra.
Los reñuberos
eran medio genios y medio humanos encargados de desatar las
tormentas, localizados en las montañas de León, se les representaba
como un hombre portando un cayado y un libro,
y que normalmente aparece junto a la orilla por donde discurre el
agua, leyendo algún tipo de conjuro en busca de agua subterránea o
proveniente del cielo.
Se menciona que para que el
agua no hiciera daño a las cosechas, solían tirar un zapato
al aire, y el lugar donde caía sería la ubicación elegida
por las nubes para descargar, era como si el zapato actuara de guía
o imán.
Simbólicamente
se relaciona el tema del zapato con la huella que deja Isidro en su
primer milagro, como si su huella fuera la que atrae el agua,
igualmente es curioso como ambos personajes atraen las lluvias cuando
son necesarias.
De tal manera podemos
encontrar lugares donde se ha transformado al genio del agua por el
personaje de Isidro, acompañando a Ntra. Sña:
Ntra. Sña. De Belvís
en San Lorenzo de la Parrilla Cuenca: Ermita que presenta un aljibe
santificado por ambos.
Ntra. Sña. De la Peña
en la Iglesia fortificada del Temple en Calatayud Zaragoza: Pozo
alimentado por el río Jalón y considerado sagrado.
Nos trasladaremos al 15
de mayo de 1236, se celebra en Fuente – Tójar (Córdoba),
a una fiesta en la que a través de danzas se llevaba a cabo un rito
a la naturaleza.
Su ritual comenzaba
recogiendo el llamado “árbol de mayo” mientras
danzaban y se arrodillaban ante él, más tarde se mostraba a San
Isidro, y de manera simbólica se hacían unos surcos a modo de
arado, para posteriormente regarlos con agua bendita, pidiendo una
buena y próspera cosecha.
Curiosamente este ritual se
parece mucho al que se realizaba a la Diosa Démeter, Diosa de la
agricultura, en esta ocasión se araba un campo completo dándole a
tales surcos formas simbólicas.
Isidro sería la
representación del genio de la naturaleza, posiblemente la
utilización del agua bendita (cambio introducido por el
cristianismo) sería antiguamente sangre de un animal sacrificado,
normalmente un toro.
Este libro guarda la Vida
y Milagros del santo, escrito sobre el S.XII, no se conoce
su autor, aunque se cree fue Juan Gil de Zamora, franciscano
secretario de Alfonso X y preceptor del infante Sancho, quien lo
organizara y lo latinizara sobre finales del S.XIII comienzos del
S.XIV; acompañará su cuerpo incorrupto desde el momento que se
encontró milagrosamente.
Supuestamente junto a su
cuerpo además del Códice se encontraban otras reliquias como su
aguijada, instrumento que acompañaba a Isidro y le
ayudaba a localizar el agua y guiar a sus bueyes; en 1593
cuando se abre su sepultura, se menciona en el acta procesal:
“Y dentro de dicha
arca vio este testigo (el dominico Domingo de Mendoza) que había un
palo tosco, a manera de palo de aguijada, y oyó decir que dicho palo
era el que traía cuando araba y con el que rompió la fuente que
llaman de San Isidro”. La Estirpe de Lucifer. Rafael Alarcón
Herrera.
Sin embargo, J. Callejo menciona que el cuerpo fue
encontrado sin caja, amortajado y colocado boca abajo sobre una tabla, y es
curioso, porque esta era la forma de cómo se enterraban a los freires
templarios y a sus donados.
En 1769 sería
Carlos III quien ordenara su traslado a la Catedral de San Isidro en
Madrid donde reposa desde entonces, acompañándole los restos de su
esposa Mª Toribia.
En otros textos, mencionan
que durante la Guerra Civil de 1936, la Iglesia de San
Andrés sale ardiendo, sin embargo el cuerpo de San Isidro se escapa
del fuego, ya que fue escondido en una bóveda subterránea y tapiada
posteriormente, tras la finalización de la guerra, su cuerpo sería
trasladado de nuevo a su lugar: el Altar Mayor; esta información me
produce dudas ya que desde que si su cuerpo se trasladó en 1769 a la
Catedral de Madrid, ¿como podía estar aquí?, y otra, si sale
ardiendo la iglesia, como se mantuvo intacta esta bóveda y no le
llegó el fuego?; pensando creo que posiblemente fue una táctica
para dar más valor al santo, ya que se escapó milagrosamente de
quemarse en un lugar donde no estaba. O a lo mejor mis datos están
mal enfocados.....
Tras el Concilio de
Trento en 1567, se prohíbe el culto público a
Isidro, el porqué no lo he encontrado, aunque se intuye que sería
por su conexión templaria; tres años más tarde en 1570
se le añade la prohibición de no enseñar su cuerpo públicamente,
se saque su arca, ni se le mantenga el culto: “atento a no estar
canonizado, so pena de excomunión late sententie”, incluso
asustaban con ir a la cárcel inquisitorial.
La cofradía del Santísimo
Sacramento serían los primeros en solicitar su canonización en
1589, uniéndosele en 1593 Felipe III
quien aportaría cartas al Papa, donde se mostraba el apoyo del
pueblo.
No sería hasta el 14
junio 1619 cuando será beatificado por Paulo
V, canonizado el 12 marzo 1622 por
Gregorio XV, y el papa Benedicto XIII emitiría el 7 junio 1724
la Bula de canonización.
Hemos comentado que como
zahorí, buscaba aguas subterráneas y abría pozos, pues en uno de
sus trabajos realizados a una tal señora Nufla / Nuña, se topó
durante la excavación con una gran roca la cual no se quebraba ni
partía, entonces paró para rezar a Ntra. Sña. De la Cabeza
(etimología de “cabezo”: cumbre de un monte o cerro, dolmen;
unida a las aguas subterráneas), al parecer, la piedra se tornó
blanda y al hundirse su cuerpo sobre ella, quedaría impreso la
huella de uno de sus pies, manando las conocidas aguas milagrosas-
medicinales.
La reliquia,
es decir, el trozo de piedra donde quedó su pie
marcado, sería venerada hasta 1597, momento en el que sería
retirada del público por el dueño de la casa.
Otro de sus milagros tuvo
como protagonista a la hija de su hacendado Vargas, sus padres se
encontraban con los preparativos del entierro cuando apareció Isidro
y les comentó que tal vez fuese un desmayo, acariciando el rostro a
la pequeña Mª, le preguntó si estaba dormida, la niña abrió los
ojos, le contestó y se incorporó. Según su respuesta, simplemente
había rezado a su Señora de la Cabeza.
Alonso
Cano 1638-40
Su propio hijo Illán sería
salvado de la muerte con otro milagro. En esta ocasión Illán caería
en un pozo que tenían en la casa, los padres rezaron para que la
Señora les ayudara a llevar mejor la pérdida de su hijo, a medida
que rezaban, las aguas del pozo iban creciendo hasta llegar al borde
y rebozar; sobre las aguas aparecería Illán vivo.
“En la ermita mudéjar de Santa María de la Antigua (actual capilla del
antiguo cementerio de Carabanchel Bajo), levantada hacia el S.XIV,
recientemente se ha encontrado el que parece ser el auténtico pozo del santo,
anterior a la construcción dela ermita, que data del S.XI, con una vieja
inscripción que dice: “Pozo de San Isydro” y con restos de pinturas que reflejan
su vida de labrador”. Un Madrid insólito. Jesús Callejo.
En otras ocasiones los
milagros se relacionaban con la imposición de manos tanto a personas
como a animales: Volvería a la vida a un caballo de su hacendado, y
a un lobo que atacó a su asno.
Los sucesos no
desaparecerían tras su muerte, todo lo contrario, uno curioso fue el
caso que aconteció a una dama de Isabel I, ésta dama arrancaría un
dedo del pie del cuerpo incorrupto de Isidro y se lo llevó, cuando
se disponían a cruzar el rio Manzanares, los animales que
transportaban su litera se negaban a cruzar, ante la negativa de
estos. Confesó su robo y devolvió el dedo a su legítimo dueño, y
pudo pasar el río tranquilamente.
Anteriormente, mencionamos
la reliquia de la piedra con su huella, pero no solo se
tiene esta de él, existe un mantel que multiplicaba la
comida que se ponía sobre el, incluso entre los años 1271-75 el
milagro se repetiría en una comida que se ofreció a los pobres.
Actualmente tal mantel se encuentra custodiado dentro de un
arca-relicario del S.XIV perteneciente a la Hermandad del Apóstol
Santiago de la parroquia de San Sebastián en Carabanchel (Madrid),
siendo expuesto cada 25 de julio.
San Isidro En La Batalla De Las Navas De
Tolosa.
Año 1212, Alfonso VIII se dirige
desde Toledo para luchar contra al-Nasir en la conocida Batalla de las Navas de Tolosa.
El ejército musulmán se instalaría en el
montículo más elevado llamado el Paso de La Losa, lo que le
proporcionaba una mejor visión del terreno y al mismo tiempo era un buen lugar
para emboscar a todo aquel que pasara por su desfiladero.
Mientras Alfonso estudiaba el territorio,
táctica y estrategia de combate, se presentó un pastor ante el rey y el gran
maestre del Temple, frey Gómez Ramírez, este pastor afirmaba que conocía un
paso que los musulmanes desconocían, y que solían utilizar sus ovejas.
Para que no les faltara agua, les localizó
agua ayudándose de su cayado o aguijada y les hizo un pozo.
La información proporcionada evitó que
muchos se pusieran en peligro y la final victoria en la Batalla.
Sobre el pastor, nadie lo conocía y nadie
lo volvió a ver.
“Fue
por la guía de cierto rústico que nos envió Dios sin esperarlo, hallaron
nuestros magnates en el mismo sitio otro paraje bastante fácil”. Carta de
Alfonso VIII al Papa Inocencio II.
“Dios
omnipotente envió cierto hombre plebeyo, bastante despreciable en el hábito y
en la persona, que en otros tiempos había apacentado ganado en aquellos
montes…, el cual mostró fácil camino y muy regular, por la cuesta de un lado
del mismo monte”. Historia General de España. Rodrigo Jiménez de Rada,
arzobispo de Toledo.
En 1213 Alfonso VIII se dirigía a
Burgos, durante el camino deseó hacer una parada para visitar la tumba
de San Isidro.
Nos dice el arzobispo Jiménez de Rada: “Mandó descubrirle para adorarle
devotamente”, y al levantar la tapa de la caja, quedó sorprendido y exclamó:
“¡Este es el pastor que me mostró el camino cuando alcance la victoria en las
Navas de Tolosa”. Un Madrid insólito. Jesús Callejo.
Bibliografía:
Un Madrid Insólito. Jesús
Callejo.
Historia y Leyenda de San
Isidro. Emilio Guerra Chavarino.
Madrid, Villa y Corte:
Historia de una ciudad. V.I Pedro Montolliú Camps.
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