Bienvenidos
iniciados, siguiendo con las mujeres, hoy hablaremos de la primera
mujer almirante dentro de la navegación española...
Su
biografía es hoy día confusa e incompleta, entre su lugar de
nacimiento aparece Galicia e incluso Lima; entre quien fue su padre,
rondan dos nombres, un tal Francisco Barreto, marinero portugués y
gobernador de la India Portuguesa, o Nuño Rodríguez Barreto,
conquistador del Perú. En otros textos nombran al primero no como su
padre, sino como su abuelo.
Casada
en 1585
con Alvaro de
Mendaña,
gran navegante y descubridor de las Islas Salomón.
En
1585
se organiza una expedición
cuya finalidad era colonizar las Islas Salomón, capitaneada por el
propio Alvaro de Mendaña, zarparían 4 navíos (Naos) con más de
350 personas (variando el número según los distintos lugares
consultados), entre ellos se encontraban la propia Isabel, colonos
acompañados de sus familias y tres hermanos de Isabel.
Los barcos estaban formados
por:
- San Gerónimo: Formaba la cabeza de la formación, capitaneado por Fernández de Quirós.
- Santa Isabel: Capitaneada por Lope de Vega (cuñado de Isabel).
- San Felipe: Bajo el mando de Felipe de Corzo.
- Santa Catalina: Con Alonso de Leyva como capitán.
Durante el viaje surgieron
enfrentamientos entre Isabel y Pedro Fernández Quirós, piloto de la
nave, como es sabido, antiguamente no gustaba que las mujeres
estuviesen en los barcos; desapareciendo la Nao Santa Isabel.
El
18 de octubre
morirían a causa de la malaria y el escorbuto parte de la
tripulación, entre ellos el propio Alvaro; ocurrió que antes de
morir, nombró a su esposa Isabel, heredera universal, Gobernanta en
tierra y Capitán de la expedición; y a su cuñado Lorenzo
Almirante, cargo que no le duraría mucho, pues moriría días
después, tomando el mando la propia Isabel, convirtiéndose en la
Adelantada de las Islas Salomón, Gobernadora de la Colonia en Santa
Cruz, Capitán y Almirante de la flota de su Majestad Felipe II.
“Dejó
por heredera universal y nombrada por gobernadora a doña Isabel de
Barreto, su mujer, porque de Su Majestad tenía cédula particular
con poder para nombrar la persona que quisiese”.Crónicas
de Pedro Fernández Quirós.
A
partir de este momento, la travesía pondría rumbo a Filipinas,
bajo el mando de Isabel, un mando tormentoso, lleno de conflictos,
discrepancias con la tripulación, a lo que no ayudó su carácter
dominante, déspota e incluso manipulador.
Durante el camino, se
perderían las Naos San Felipe y Santa Catalina.
A
su llegada a Manila,
sobre febrero
de 1596,
solo eran un grupo de hombres enfermos y hambrientos; existe la
anécdota que unos soldados españoles subieron a bordo para
transmitir su pésame departe del Gobernador de Filipinas,
horrorizados, preguntaron porque pedían agua y comida cuando andaban
por cubierta dos puercas, a lo que los hombres contestaron que
pertenecían a la Gobernadora, y estaba prohibido tocarlas, sin
pensárselo dos veces, mataron y guisaron las puercas, luego
desembarcaron.
Isabel volvería a casarse
con el general Fernando de Castro, por lo cual fue muy criticada en
su época, ya que según los textos, era su amante y no esperaría el
año protocolario de luto por su marido Alvaro.
Si leemos hasta aquí, nos
encontramos con una Isabel conflictiva, despótica, malvada, mimada,
caprichosa...., en definitiva una mala persona; sin embargo estas
palabras están sacadas de las Crónicas que dejó escritas Pedro
Fernández Quirós, de la cual mostraremos algunos fragmentos a
continuación. Es muy importante decir, que este tal Pedro, mostraba
abiertamente su odio y rechazo tanto hacia Isabel como a sus
hermanos, de manera que es muy probable que sus escritos no la
pusieran en muy buen lugar. También sería bueno no olvidar, que en
esa época, era una mujer en un mundo de hombres, donde no se las
quería, y para colmo tienen que acatar sus órdenes. No creo que
fuera una situación fácil para ninguno de ellos.
“ Con
sólo los relojes que había lucido en la jornada y las joyas que
portaba
se pagaba otra flota completamente avituallada”:
Pensaba,
que mientras ellos pasaban hambre, ella presumía de ostentación.
“No
sé que orden me tenga para que esta señora se aficione a la razón.
Debe de entender que yo nací con la obligación de servirla y de
sufrirla”.
“ No
quiero decir que hice en esta jornada otra cosa buena más de solo
sufrir una gobernadora mujer y a sus dos hermanos, y todo esto y más
puede el deseo de no ofender el nombre del servicio del Rey: que de
presente estaba en manos de doña Isabel Barreto”.
“¿De
mi hacienda no puedo hacer yo lo que quiero?”:
Contestación
que “supuestamente” daba Isabel, cuando se le exigía los
anticipos de la paga, y se le amonestaba con el echo de lavar su ropa
con agua dulce, mientras los demás la tenían racionada.
Navegando por la red, me
tomé con una novela de la escritora Alexandra Lapierre, que es el
resultado de tres años de investigación sobre Isabel Barreto, y a
continuación os dejaré como la describe; seguro que pondréis en
duda, muchos de los datos leídos anteriormente, y llegaréis a
comprender el porque de algunos de sus comportamientos durante la
travesía y mando de la expedición:
“ Mujer
llena de libertad, coraje y curiosidad por el mundo”.
Su
aventura de conocer el mundo se haría posible gracias 1º a su
padre, quien la escogió para llevar su apellido y continuar su
obra, 2º su marido Alvaro de Mendaña, quien la llevaría con él,
y que antes de morir la protegió de sus propios hombres
confiriéndole todos los poderes, 3º su segundo marido, quien la
emancipó legalmente de su tutela, dándole la gestión de su propia
fortuna.
Al parecer, la mala
apariencia que presenta en los textos, se debe a unos escritos
realizados por su capitán para desacreditarla, a la vez que se
condenaría bajo pena de muerte, a todo aquel tripulante que
divulgara los descubrimientos y hazañas realizadas por esta mujer.
Viviría y sería enterrada
en el Convento de clausura de Santa Clara de Lima.
Si os interesa más
información, que mejor momento que zambullirse en el libro de Alexandra
Lapierre: “Serás Reina del Mundo”.
Bibliografía:
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