LEYENDA DEL MONTE DE LOS TEMPLARIOS.
Nos adentraremos
en una de las leyendas que envuelven a Soria….
Aunque el
antiguo convento templario de San Adrián pertenece al actual término municipal
de Valdegeña, el monte llamado de los Templarios se encuentra hoy muy cerca de
Trébago.
Los
templarios acostumbraban a emplazar sus conventos en lugares estratégicos,
solitarios y apartados, ideales para que sus moradores se dedicaran a la
meditación y a la penitencia durante las temporadas de tregua.
La leyenda
del monte de los Templarios remite al trágico fin de los miembros de la Orden. Cuando
Felipe “el Hermoso”, rey de Francia, y el papa Clemente V inician un proceso
judicial y religioso contra los caballeros del Temple.
En Trébago se cuenta que, durante la noche de Difuntos, los esqueletos de los antiguos templarios, envueltos en los jirones de sus sudarios, y montados en fantasmagóricos corceles, bajan del monte en ruidoso tropel, clamando venganza por la injusticia que con ellos se cometió. Otros dicen que, debido a sus grandes crímenes, la Omnipotencia Divina los condenó a estar atados para siempre a los lugares donde cometieron sus fechorías.
En el pueblo se asegura que un cazador, olvidando la fecha de Difuntos, se retrasó en el monte y le sorprendió la noche en las inmediaciones de las ruinas del convento. Cuentan que, paralizado de terror, a media noche, vio cómo se levantaban las losas de las tumbas y como los tétricos esqueletos de los monjes salían de sus encierros y, entre aullidos de dolor, gritos de venganza y entrechocar de espadas y escudos, se dirigían en macabra procesión hacia el pueblo. El cazador fue encontrado al día siguiente moribundo; apenas tuvo tiempo de contar en frases entrecortadas por el terror las horas de angustias vividas durante la noche.
Algunos
años, a principios de noviembre, las primeras nieves ya han tendido un blanco
manto en las laderas del monte de los Templarios; y dicen los vecinos que si
alguno quiere adentrarse en el monte al día siguiente de la noche de Difuntos,
podrá ver claramente en la nieve las huellas de los esqueletos marcadas en el
suelo, y podrá seguir su rastro hacia las sepulturas abiertas en el atrio del
convento.
Bibliografía:
Codex Templi. Templespaña: Leyendas templarías.
Santiago Soler Seguí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario